Hoy a las 19.00, en el Centro Cultural de España (CCE, Rincón 629) y con entrada libre, se presenta el disco Extravíos, hace tiempo (editado en agosto por Perro Andaluz), de la joven compositora e intérprete Maine Hermo, a quien vale la pena que comencemos a prestarle atención. Este primer trabajo editado tiene un encanto peculiar al que se puede acceder por la calidad de las letras, fruto de una elaboración cuidadosa que las acerca a la literatura sin alejarlas de sus deberes como textos de canciones, pero Hermo también pone en juego virtudes destacables con la guitarra y con una forma de cantar “chica”, cálida y expresiva.

Las 11 composiciones del disco, ubicadas en un territorio lindero con lo folclórico, lo trovadoresco y la Nueva Trova, son en su mayoría breves, a menudo de menos de tres minutos, y por lo general se apoyan en bases con guitarra arpegiada, pero con variantes musicales delicadas y arreglos inteligentes (en los que se aprecia el trabajo de Andrés Torrón) que las colorean, como con acuarelas, de matices distintos. Una pequeña disonancia, un dibujo instrumental bien logrado, el aporte tímbrico de un chelo, un laúd, una flauta traversa o un bandoneón, un cambio de acordes inusual o un fraseo imprevisto son las señas de identidad que las van distinguiendo. Es preciso afinar el oído para descubrir esas gemas menudas que le dan valor a cada una de las canciones y las hacen crecer despacio, en sucesivas audiciones.

Por motivos que no necesariamente saltan a la vista, Extravíos, hace tiempo tiene algo en común con el debut discográfico de Juana Molina, Rara (de 1996, y con un planteo arreglístico muy distinto), que a su vez recordaba de algún modo a lo que había hecho una década antes Suzanne Vega. Una parentela que no está, por cierto, nada mal. Los lectores interesados pueden escuchar parte del disco en mainehermo.com, y es probable que les den ganas de oírlo entero o de darse una vuelta esta tardecita por el CCE.