“Mujeres en situación de privación de libertad. La maternidad en contextos de encierro” se llamó la jornada de intercambio que se realizó el viernes, a impulso de la Mesa de Trabajo sobre Mujeres Privadas de Libertad, un espacio que reúne a la academia, el Estado y organizaciones sociales. El foco estuvo en dos cambios propuestos por el Poder Ejecutivo: cerrar la cárcel de El Molino, que alberga a mujeres con hijos, y modificar el tiempo de permanencia de éstos. Actualmente se les permite estar hasta los cuatro años con sus madres, con excepciones por hasta cuatro años más. En 2009 las autoridades habían consultado a la Facultad de Psicología y a la Cátedra de Psiquiatría Infantil respecto de la disminución de la edad; la respuesta fue negativa, aunque sí se sugirió atender las condiciones de reclusión, explicó Natalia Laino.

Respecto del cierre de El Molino, Gustavo Belarra, subdirector técnico del Instituto Nacional de Rehabilitación (INR), manifestó la necesidad de pensar el tema desde la situación que viven los niños, y transmitió “la alta preocupación del Ministerio del Interior [MI] y del INR por los niños que nacen en contextos de encierro, porque se producen prácticas adversas en el primer proceso de socialización de la infancia”. Señaló las carencias de infraestructuras de El Molino; el plan es trasladarlos a la Unidad Nº 5, cárcel de mujeres ubicada en Colón, y en este momento están buscando “estrategias de aislamiento” para que las madres con sus niños estén lejos del resto de las presas. Belarra comunicó, además, “la discusión que de parte de la asesoría penitenciaria, de parte del señor ministro y las autoridades está arriba de la mesa con respecto hasta qué edad y cuánto tiempo estos niños, al nacer en contextos de encierro deben estar junto a sus madres en esta institución”, y comentó que “es nuestro deber disminuir al máximo las condiciones inherentes al encierro”.

También el Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU) tiene la intención de “disminuir el tiempo que los niños están en situación de encierro”, transmitió Jorge Cohen, representante de la institución. Comentó que los niños en esta situación son entre 60 y 65 en todo el país y que el desafío es “que este encierro sea lo más abierto posible”, para lo que INAU se plantea “generar espacios de socialización distintos”. La institución priorizará la creación de centros diurnos en Colón a los que no solamente concurran los hijos de las mujeres presas. INAU apunta a fortalecer el contacto con la familia del niño o de la madre, para fortalecer los vínculos y para que cuando el niño salga de la cárcel, pase a vivir con la familia extensa -con la que tiene algún grado de parentesco-, con la familia ampliada -con la que tiene vínculo pero no necesariamente de parentesco- o “eventualmente, como última alternativa, una familia ajena”, parte del programa de Acogimiento Familiar, detalló Cohen.

La jueza María Helena Mainard, en representación del Poder Judicial, reconoció que sobre el tema de los niños en situación de encierro “los jueces penales nos manteníamos hasta ahora totalmente ajenos” y explicó que cuando les hacían las preguntas “de rigor” a las mujeres “ni siquiera preguntábamos la edad de los niños”. Hizo énfasis en la necesidad de continuar la sensibilización sobre el tema.

El porvenir

La docente Annabel Ferreira presentó un trabajo de Facultad de Ciencias y Atención a la Primera Infancia que demuestra que el vínculo madre-hijo en los primeros años de vida es “clave para el desarrollo neural, para el desarrollo físico, emocional y cognitivo” del niño, y para su integración a la sociedad. Afirmó: “Las decisiones que tomemos que interrumpan el vínculo en etapas tempranas tienen efectos duraderos a largo plazo, aumentando el estrés, provocando trastornos psiquiátricos, aumento de la ansiedad, de la depresión, trastornos cognitivos, fallas de aprendizaje, alteraciones de la memoria y el lenguaje y la capacidad de esos niños de cuidar a otros en la etapa adulta”. También mencionó los “efectos dramáticos” que tiene la separación para las madres.

Juan Miguel Petit, comisionado parlamentario para el sistema carcelario, expresó que El Molino tiene sus carencias pero que eso “no necesariamente justifica” su traslado. En un informe dirigido al MI y al INR, Petit pidió “preservar la experiencia de El Molino, que permitió la intervención de programas públicos, de organizaciones, de vecinos; es una unidad de pequeña escala, personalizada. No nos parece positivo el traslado a la Unidad Nº 5, y pedimos que se suspenda ese traslado”, sentenció. Argumentó que “la Unidad Nº 5 es una institución compleja” y que el traslado “no le haría bien a ninguna de las dos [unidades]”. Petit pidió pensar en alternativas, como reciclar El Molino y utilizar el predio que está al lado.

Mirtha Guianze, en representación de la Institución Nacional de Derechos Humanos (INDDHH), comentó que hace dos años fue a presentar la experiencia de El Molino a Buenos Aires como ejemplo de buena práctica. Al igual que otros oradores, Guianze cuestionó el alto número de presos y la gran cantidad de personas sin condena. “Es necesario sensibilizar a los operadores de que tenemos instrumentos nacionales e internacionales para que la gente no esté en prisión preventiva y que las mujeres embarazadas, mujeres que amamantan, no estén presas”, afirmó. Guianze dijo que “no es lo mismo que estén en la Unidad Nº 5 a que estén en un lugar chico. Podría haber varios Molinos si fueran muchos niños, pero no meterlas en la cárcel; la violencia institucional de la cárcel es perjudicial”. Mencionó la violencia por la que pasan los niños en las revisiones de las grandes cárceles. La INDDHH hizo una recomendación al MI y al INR de no realizar el traslado, pero Guianze comentó que no ha encontrado diálogo. “Tenemos que exigir un enfoque de derechos del binomio madre-hijo y cuál es el interés superior del niño, porque se maneja para todos lados; un niño no puede estar encarcelado hasta los ocho años, obviamente, pero tampoco se lo puede privar de su madre. En todo caso busquen la manera de que la madre salga en libertad”, expresó.