Cada fan tiene sus momentos y sketch favoritos de los centenares que se presentaron en SNL. En esta breve recopilación de momentos históricos faltan algunos esenciales como Los Blues Brothers, los hermanos checos, Roseanne Roseannadanna, Buckwheat o MacGruber, pero todos los aquí presentes son inolvidables.

• Chevy Chase y Richard Pryor: Un sketch legendario y polémico que aún hoy se recuerda como uno de los momentos más graciosos y tensos de la historia de la televisión. En él Chase hace de un entrevistador laboral que somete a Pryor a un test psicológico en el que le pide que diga lo primero que se le viene a la cabeza al escuchar determinadas palabras. Todo comienza bien hasta que Chase empieza, ante la perplejidad de Pryor, a soltar adjetivos de tinte racista referidos a los negros, a los que Pryor le responde con equivalente referidos a los blancos. El resultado -sobre todo por la ascendente ira de Pryor- es completamente hilarante y extraordinariamente incisivo, con el agregado de que la irritación del genial Pryor no era del todo fingida, ya que realmente le tenía antipatía a Chase.

• Samurai Hotel: En un momento en que la fama de Bruce Lee había puesto de moda a las artes marciales, Belushi encarnaba a un samurái encargado de la recepción de un hotel pringoso que no hablaba una palabra de inglés. El sketch se limitaba a presentar a un personaje que intentaba alojarse en el hotel y que, por las dificultades idiomáticas, terminaba irritando al samurái de Belushi, que terminaba desenvainando su katana y persiguiendo al aterrorizado pretendiente a huésped. Parece una pavada, en manos de Belushi es una fiesta.

• Wayne’s World: Mike Myers fue, junto a Eddie Murphy, el actor que aportó más sketchs memorables a SNL. De entre ellos, el más célebre fue éste, en el que junto a Dana Carvey interpretaban a dos rockeros, conductores de un pequeño programa de cable de un pueblo de Illinois, tan ingeniosos como limados y llenos de frases muletilla. Un precedente del humor rockero de Beavis & Butthead y, por qué no, de Peter Capusotto.

• El sketch del cencerro: A pesar de haber hecho maravillas como Hermanastros o Anchorman, tal vez Will Ferrell siempre sea recordado por este sketch, cuya gracia es imposible de resumir. Una parodia a los Behind the Music de MTV en la que se muestra la supuesta grabación del hit “Don’t Fear the Ripper” de Blue Öyster Cult, en el que se hace un uso prominente de un cowbell (cencerro). En la versión de SNL, Ferrell interpreta a un integrante ficticio de la banda, exclusivamente dedicado a tocar el cencerro, que va enloqueciendo a los demás por tocarlo en exceso, y provoca una pelea que es interrumpida por el productor -un increíble Christopher Walken- que entra a la sala de grabación justamente a pedir “más cencerro”. Argumentalmente no parece gran cosa pero las interpretaciones de Ferrell y Walken han hecho llorar de la risa a miles de personas.

• Sarah Palin: El mayor momento de gloria de Tina Fey y un experimento creativo que debería haber sido estudiado en detalle por la teoría del arte. Durante la campaña presidencial de 2008, Tina Fey realizó una imitación de Sarah Palin, candidata a vicepresidenta por el Partido Republicano. Fey no introdujo ningún chiste en el discurso de Palin, sino que se limitó a repetir disparates que la ex gobernadora de Alaska había dicho públicamente, exponiendo así lo ridículo de su pensamiento y convirtiendo en carcajadas lo que antes producía miedo. Es imposible cuantificar cuántos votos perdieron los republicanos por esta idea simple y genial, pero seguramente debe ser el sketch favorito de Barack Obama, ya que consiguió poner en evidencia un chiste que mucha gente se había tomado en serio.