Dos estrellas en el Paseo de la Fama atestiguan la marca que dejó en el Hollywood clásico Louis Jourdan, actor nacido en Marsella en 1921 y que, según comunicó su biógrafo ayer, falleció a los 93 años en su casa de Bervely Hills. Jourdan interpretó más de 80 personajes para el cine, el teatro y la televisión. Compartió cartel con Brigitte Bardot en The Bride Is Too Much Beautiful, con Grace Kelly en El cisne, además de sus papeles junto a Maurice Chevalier en Gigi -por la que fue nominado a un Globo de Oro-, y junto a Frank Sinatra y Shirley MacLaine en el musical Can-Can.

En 1948 -luego de la ocupación alemana y de que su padre fuera arrestado por la Gestapo-, el actor francés fue invitado por el productor y guionista David O Selznick a participar en Hollywood con El proceso Paradine, dirigida por Alfred Hitchcock y protagonizada por Gregory Peck y Ann Todd. Ésta fue una buena carta de presentación, y aunque durante el rodaje él y Hitchcock discutieron sobre su personaje -un empleado sospechoso principal de asesinato- Jourdan fue uno de los amigos que hablaron en el funeral del cineasta británico en 1980.

A partir de su papel secundario en esta película, Jourdan se convirtió en un rostro habitual de la era dorada de Hollywood. El film en el que desarrolló su siguiente papel se convirtió en una obra maestra: Carta de una desconocida, de Max Ophüls. En 1949 sumó a su filmografía otra película en la que desplegó su encanto: Madame Bovary, versionada por Vincente Minnelli. De la larga lista de películas que protagonizó se destacan Le Comte de Monte-Cristo (1961), Made in Paris (1966), Julie (1956) y To Die in Paris (1968). Entre los últimos trabajos en la pantalla grande de este actor galardonado con la Legión de Honor francesa figuran Octopussy (1983) y Year of the Comet (1992).