Aunque el más universal y el más portugués de los poetas, Fernando Pessoa, fue acusado de colaboracionismo en los comienzos de la dictadura de Antônio de Oliveira Salazar, un reciente libro con 66 textos inéditos que se presentó en Lisboa descubre que tardó muy poco tiempo en posicionarse en contra del fascismo. El autor de Libro del desasosiego y uno de los mayores poetas del siglo XX, dejó más de 25.000 documentos inéditos entre anotaciones, cartas, poemarios y reflexiones políticas.

El sociólogo e historiador José Barreto dedicó la última década a explorar y descubrir los escritos políticos de Pessoa, y el fruto de su obra acaba de publicarse bajo el título Fernando Pessoa, sobre el fascismo, la dictadura militar y Salazar. Esta edición se centra en los textos escritos entre 1923 y 1935 y, aparentemente, sólo es el primero de tres volúmenes. “Desde la izquierda, a veces se omiten los escritos más incómodos que Pessoa publicó, se ensalzan sus opiniones antifascistas y se olvida el resto. Yo quise poner todo a disposición de los lectores para que puedan hacer un juicio equilibrado”, explicó Barreto.

El poeta nació en 1888 y murió en 1935, sólo tres años después de que Salazar tomara el poder. Si bien al comienzo Pessoa se mostró simpatizante de Salazar, la recopilación de Barreto ofrece un paulatino desencanto del poeta ante las líneas llevadas adelante por el régimen militar. “El pensamiento de Pessoa evolucionó enormemente a lo largo de los años”, afirmó el historiador, quien además consideró que la principal característica en la ideología del poeta es el individualismo. “Al contrario de la poesía, que es introspectiva e intemporal, los escritos políticos están muy ligados a los acontecimientos en curso”, comparó. Además, el ensayista recuerda que el régimen de Salazar, el Estado Novo, quiso reclutar a Pessoa a través de un premio que él no recogió. A cambio, escribía: “Me siento viejo en el Estado Novo”. “Era un nacionalista-racionalista, absolutamente contrario a la intromisión del Estado en la economía o en el espíritu de las personas, antiestado y anticolectivismo. Era un elitista”, define Barreto.

Según se puede conocer, el primer gesto de Pessoa contrario a Salazar está fechado en 1935, último año de su vida. “Él insulta a la inteligencia portuguesa”, escribió en una carta dirigida al entonces presidente de la República, Oscar Carmona. Habían transcurrido dos años, y el poeta no dudó en arrepentirse de su inicial tibieza: “Su primera posición sobre el déspota se basaba en la voluntad firme que éste testimoniaba, especialmente para dotar a Portugal de un ideal nacional”, advierte Barreto. Pero el dios de los heterónimos -Pessoa era él y sus más de 300 heterónimos en los que se desdobló- fue objeto de confusiones, ya que se malentendió como un admirador de Salazar, cuando en su régimen fue censurado y prohibido en diarios, revistas y libros. Antes de morir, Pessoa se definía como “un conservador antirreaccionario, un cristiano gnóstico opuesto al catolicismo”. Estos escritos políticos llegarán a las librerías de Lisboa a meses de conmemorarse los 80 años de su muerte, el 30 de noviembre.