-Hace unos años decías que no te abandonaba “o micróbio do samba”. ¿Sigue siendo así?

-Sí, sigue siendo así y no sé por qué. Es algo de mi oído, ya que escucho todas las cosas pensando en el ritmo, y esto es así desde que era muy pequeña.

-En O Micróbio do samba (2011) fue la primera vez que grabaste una serie de trabajos de tu autoría. ¿Cómo fue el proceso?

-Me había dado cuenta de que había ocho o diez sambas que había escrito por distintos motivos, ya sea por encargo o por iniciativa propia. Entonces me encantó la idea de reunir ese conjunto de canciones en una única grabación, pero sólo para mí. Sucedió que por causa de la sonoridad entre el bajo de Alberto [Continentino] y la rítmica de Doménico [Lancellotti] se me ocurrió la idea de compaginar el registro y así realizamos un concierto de toda la gira. No fue algo muy planeado, sino más bien una constatación de que aquello componía un conjunto de samba que nació como tal y no tenía vergüenza de serlo.

-A los ocho años accediste al mundo de la literatura gracias a un libro de Clarice Lispector, y aseguraste que eso cambió tu vida para siempre.

-Fue algo que yo no me imaginaba que podía existir o suceder. Una vez que pude leer la entrada al mundo adulto en esos libros, y sus palabras y modos de construir los textos, fue un camino sin retorno, porque logra comunicarse con los niños. Ésa fue una experiencia que yo ni siquiera soñaba vivir. Fue un impacto muy grande, porque Clarice no hablaba conmigo como si fuese una niña sino como una lectora. Después de acceder a ella cambié mis libros, mis lecturas.

-Esa tradición retoma tu trabajo Adriana Partimpim (2004, 2005 y 2009).

-El proceso que incluye la música de Partimpim tuvo gran influencia de la literatura de Clarice por su manera de vincularse con los niños y con la tradición brasileña de música que pertenece a autores muy grandes que escribieron para niños, como Vinícius de Moraes, Chico Buarque, etcétera.

-Con la poesía entraste en contacto más tarde, por medio de la MPB (Música Popular Brasileña) y de un libro de Oswald de Andrade. ¿Cómo impactó en tu formación ese acercamiento?

-La historia es graciosa. Caetano Veloso tenía mucha influencia de Oswald de Andrade. Yo los descubrí más o menos al mismo tiempo, pero como dos cosas totalmente distintas, incluso cuando Oswald es muy importante en la obra de Caetano. Para mí es muy rico, porque los temas y las ideas generaron que no me sintiera tan sola en el mundo, ya que también había en el mundo locos como yo, que pensaban parecido.

-En 2013 publicaste Antología ilustrada de la poesía brasileña, un libro infantil-juvenil que integra a más de 110 autores, entre los que se encuentran Vinícius y Mário de Andrade. ¿Cómo realizaste la recopilación?

-Tal vez yo cuente con una sensibilidad para lo que tiene que ver con la palabra que puede tocar a los niños, ya que muchos poemas de la antología no fueron escritos con la intención de ser poesía para niños. Por eso creo que cuento con cierta facilidad para comprender qué poema les puede hablar a los niños, incluso cuando no se haya escrito para ellos.

-En algunas entrevistas has sugerido que Vinícius era tu gran poeta, aunque después siempre asegurás que es imposible elegir uno solo.

-Son complementarios, contradictorios e influenciados unos por otros, por eso es imposible elegir un poeta en lugar de otros.

-Tu generación se ha caracterizado por procesar ciertas tradiciones. ¿Te sentís heredera del tropicalismo y la bossa nova, géneros a los que deberíamos sumar el jazz, el pop y el rock, o simplemente te manejás por intuición?

-Es verdad que es algo muy intuitivo y las canciones son las que mueven todo. La canción que quiero para mí y que me gustaría escribir es lo que comanda mi creación. Por eso el origen del estilo no es lo más importante, ya que la canción es la que realmente comunica algo. Me han preguntado por qué he versionado una canción de Madonna o de Amy Winehouse. La idea no es versionar a alguien, sino versionar la canción que escucho y me mueve.

-Por un lado, tus temas tienen mezcla y experimentación; por otro, también son utilizados como cortina de telenovelas...

-Para mí no hay una distinción, sino que se debe a un producto que simplemente alcanza el gusto popular. Nunca se puede saber con anterioridad si una canción les va a gustar a muchas personas.

-En tu canción “Vamos comer Caetano” tansmitís tu admiración por el compositor, pero también aludís a la naturaleza antropófaga de la cultura brasileña.

-Cuando tuve la idea reuní ciertas expresiones y citas como “bacalao”, “chacrinha” y otras que ahora no recuerdo, pero son utilizadas en muchas de nuestras expresiones. Tuve la idea de componer una canción o una pieza musical sólo con sonidos de la obra de Caetano.

-¿Cómo conviven en vos lo gaúcho y el cosmopolitismo de Río de Janeiro?

-Esa capital loca... Lo cierto es que me gustan las ciudades más cosmopolitas, y desde muy pequeña tenía ganas de partir, ya sea al mundo adulto o a una capital.

-Te has definido como una poeta cuya vocación surgió de la poesía de las clases populares. ¿La radio fue uno de los canales de acceso a ese sector?

-Las personas están carentes de poesía. La quieren y les interesa más de lo que pensamos. Siempre recibo invitaciones para hablar sobre poesía y para leer poesía, porque existe mucha demanda. De hecho, en Brasil hay una tradición que vincula a la poesía con la música, y éste era un camino muy transitado cuando comencé a trabajar.

-Sos alguien que cuenta con años de militancia. ¿Cómo ves la situación actual que vive el país?

-No me gusta hablar más sobre Brasil y la política, porque es algo muy triste y me conmueve. Pertenezco a una generación que brindó demasiada energía a algo que tenía que ver con el entendimiento social, económico y político, pero resultó que fue para nada. Esto es triste, y ésa es la única palabra que encuentro para describir la situación que vive hoy Brasil. Claro que esto no era lo que yo imaginaba cuando tenía 15 años y trabajaba para que el PT [Partido de los Trabajadores] fuera un partido comprometido con la causa trabajadora y con la causa étnica. Este fracaso es triste para todos los compañeros de ruta que compartimos la lucha.