Desde un Carlos Gardel con alitas hasta un Juan Carlos Onetti de mano quebrada por el cigarrillo, pasando por personalidades como Pichuco, Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, Django Reinhardt o Astor Piazzolla. El uruguayo Hermenegildo Menchi Sábat es un caricaturista y artista plástico de culto, que ayer fue declarado Doctor Honoris Causa por la Universidad de Buenos Aires, luego de haber sido nombrado Ciudadano Ilustre en 1997, entre una larga lista de premios y reconocimientos internacionales.

Si bien desde hace 35 años acompaña con sus dibujos muchas de las notas políticas del diario Clarín, de joven fue fotógrafo, impresor, redactor y periodista. Fue dibujante de Marcha, El País y Acción, antes de mudarse a mediados de los años 60, a Buenos Aires, donde publicó en Primera plana, La Opinión y Crisis, además de reconocidos medios periodísticos y gráficos del mundo, como The New York Times, L’Express, American Heritage, Punch y Globo.

“No es pretencioso disentir con pesimistas”, escribió una vez Sábat, quien en plena Guerra de Malvinas decidió abrir su propia escuela de arte. “¿Qué podías hacer en este país? Irte. O intentar juntarte con gente compatible con vos”, decía.

Tanto sus caricaturas como sus dibujos e ilustraciones periodísticas siempre resultaron incómodas al poder, sobre todo en la época de la dictadura militar. En 2008, fue la presidenta Cristina Kirchner la que se sintió violentada por una ilustración que la mostraba con la boca vendada (“Es un mensaje cuasi mafioso”, declaró Cristina).

Ediciones de lujo

Paralelamente, ha desarrollado un importante trabajo editorial. Uno de sus mejores libros, Adioses tardíos (1998), reúne varias de sus notas de Clarín, La Opinión y numerosas revistas-, en las que se refiere a las anécdotas más imprevistas del mundo del jazz, además de vivencias que el autor protagonizó junto a escritores como José Donoso y Onetti, en las que alterna sus reflexiones sobre la condición del artista, y exquisitas biografías de músicos, entre los que se encuentra el desopilante Django Reinhardt. Pero también está Abstemios, abstenerse (2004), un inventario parcial de alcohólicos conocidos -Oscar Wilde, Humphrey Bogart, Raymond Chandler, Winston Churchill, William Faulkner, Scott Fitzgerald, Gatica-; Pesimista militante (2009) reúne 22 ilustraciones que él mismo definió como una interpretación gráfica de Onetti, en una sucesión de retratos que conmueven.

Siguen las firmas (2006) es un compendio de retratos y textos que dialoga con los artistas, con la pintura, con sus interlocutores; Que no se entere Piazzolla (2008) es una “contribución a la iconografía apócrifa del gran músico”. De hecho, Menchi fue el autor de la tapa del disco de Piazzolla y Horacio Ferrer de la ópera-tango María de Buenos Aires (1968), mientras que Piazzolla escribió el prólogo al libro de Sábat sobre Gardel, Al troesma con cariño (1978).

El actual presidente de la Academia Nacional de Periodismo, desde hace más de tres décadas, cuando le preguntan por su trabajo, se resiste a responder y asegura que sus ilustraciones, su interpretación de las personas y las situaciones que retrata no tienen palabras. En diciembre de 1972, en La Opinión, Sábat le decía a Osvaldo Soriano: “Hacer caricatura política no implica transmitir una ideología, aunque uno esté cargado con ella. Lo importante es transmitir algo sin palabras. Si el dibujante no lo consigue, ha fracasado”.