Como ya es tradición, las vacaciones de invierno llegan con una amplia propuesta de espectáculos, pero esta vez contarán con una bienvenida previa: el sábado (a las 15.00 y a las 17.00) y el domingo (a las 15.00) vuelve Los músicos de Bremen al teatro Solís. Se trata de una versión libre del clásico cuento de los hermanos Grimm, un musical para toda la familia. El año pasado, los responsables de este espectáculo que cruza la actuación, el canto, la acrobacia aérea y diferentes géneros de danza, como hip hop, tango y ballet, obtuvieron seis premios Florencio para niños: mejor espectáculo, dirección y letra de canciones (Jimena Márquez), actriz (Natalia Bolani), vestuario (Paula Villalba) y coreografía (Santiago Duarte).

El siempre esperado grupo Pampinak vuelve al Solís, esta vez para presentar Kolia (del 27 al 12 de julio en la sala principal), de Martín L Romanelli. Esta nueva propuesta se presenta como un viaje al interior y a la búsqueda de la poesía y representa un cambio respecto del perfil de su último espectáculo insignia, El truco de Olej, en el que las atracciones del teatro negro acompañaban a muñecos de distintos tamaños y colores mientras se exponían al juego de luces y sombras. El nuevo espectáculo trata de la vida de un extraterrestre que llega a la tierra apático. Casualmente, lo rescata un grupo de exploradores, quienes lo acompañan en sus descubrimientos.

En el mismo edificio, pero en la sala Delmira Agustini, la compañía teatral L'Arcaza festeja sus 20 años con el estreno de cuatro obras basadas en cuentos de Susana Olaondo, por décadas una de las escritoras para niños más prolíficas del país. En su página web cuentan que el grupo comenzó su primer espectáculo explicando la particularidad del nombre, hasta que encontraron un grupo argentino llamado Los Piripitifláuticos. L'Arcaza es un grupo independiente que surgió en 1995, con la inquietud de interpretar por sí mismos el clown del teatro Sunil, dirigido por Daniele Finzi Pasca y basado en la antropología teatral de Eugenio Barba. Como ya es usual, L'Arcaza ofrecerá música en vivo y una propuesta interactiva en la que repasará alguno de sus textos clásicos. Así, pondrá en escena Una pindó, Por un color, Olegario y Julieta, ¿qué planteaste? La actuación y dirección están a cargo de Fabiana García, Pablo Albertoni y Richard Riveiro, también responsable de la música y la letra de las canciones.

En la Zavala Muniz se estrenará Submarina, una aventura profunda, de la directora y dramaturga uruguaya Alicia Dogliotti. La pieza, dirigida a un público de tres a nueve años, cuenta la historia de una golondrina preocupada porque su hija, una pequeña tortuga de mar, no ha vuelto de la escuela. El espectáculo aborda “de una manera lúdica” temas como la diversidad, la amistad, la solidaridad y la contaminación del agua. La cuarta apuesta del teatro municipal será Las voces del terror (del 27 de junio al 12 de julio a las 16.30 en la sala de proyecciones). Los narradores orales de Caszacuento, dirigidos por Niré Collazo, recrearán textos “haciendo vivir y sentir escalofriantes historias que, a veces, te harán reír”, prometen.

Payasos, títeres, canciones

El el Auditorio Adela Reta, en una vía más tradicional, se estrenará Knoc Knoc! Payasos, un espectáculo recomendado a partir de los tres años, en el que los payasos se van, pero de viaje: “Se peinan, se ponen lindos. Guardan en las valijas un par de medias limpias y su cepillo de dientes”. Pero mientras piensan qué deberán llevar, el preparativo se interrumpe por el juego: “¿Cuántas formas hay de armar una valija? ¿Cuántas formas de ponerse un abrigo? ¿Cuántas formas de tocar el timbre? La puerta ya está abierta, sólo hay que salir a mirar la luna”. Knoc Knoc! Payasos está dirigida por Lía Jaluff y Sebastián Báez, y cuenta con las actuaciones de Horacio Camandule y Leonor Chavarría, entre otros.

La Ovidio Titers Band, que siempre sorprende con sus trabajos, vuelve con Las cuatro estaciones, esta vez en el Auditorio Nelly Goitiño (18 de Julio 930). Basada en la pieza musical de Antonio Vivaldi, surgió como un espectáculo musical-teatral que cruza ambas disciplinas desde la dramaturgia. Se trata de cuatro historias individuales que funcionan como un unitario pero se fusionan al final. Cada una cuenta con los conflictos propios de cada estación, y básicamente se trata de historias de amor, con una clara idea de circularidad. De este modo, se proponen unir lo denominado “culto” de lo musical con lo “popular” de los títeres, desplegando técnicas poco utilizadas en el medio, vinculadas con el teatro negro, la luz negra, sombras chinas, títeres a la vista y la inclusión de un títere de gran tamaño. En su momento, cuando estrenaron esta puesta, los dos puntales del proyecto fueron Alberto Coco Rivero, quien estuvo a cargo de la dramaturgia, y Fernando Condon, quien asesoró en el área musical.

El teatro El Galpón montará una nueva versión de su clásico Canciones para mirar, de María Elena Walsh, dirigida por Dervy Vilas (desde el 27 de junio al 11 de julio, a las 15.30). Este espectáculo se estrenó por primera vez en 1965, en el teatro porteño San Martín, donde tuvo un éxito inmediato. En 1966 le seguiría Doña Disparate y Bambuco. De ese modo se llevaron a las tablas personajes que alegraron la niñez de varias generaciones, como la tortuga Manuelita, el Mono Liso, el perro Salchicha, Mambrú y la familia Pollilal, entre otros.

La cartelera contará con otra propuesta de títeres llamada Tropo, a cargo de la compañía Coriolis (ganadora del premio Florencio 2014 a mejor espectáculo de títeres), en la que los dos protagonistas, Julián y Ramiro, se pierden en medio de una gran tormenta. Parece que de tan fuerte, el viento se llevó partes de cada uno, y en el pueblo todos están “desesperados por volver a ser los que eran”. En un acto heroico, Ramiro decide buscar y enfrentar a la tormenta para que les devuelva todo lo que se llevó, mientras Julián sobrevive junto a los demás pueblerinos.