Bajo el lema “cuatro grandes de Uruguay y Brasil llevarán a escena una mixtura de sus mejores canciones”, el lunes 15 se realizará ¡Arde!, un espectáculo integrado por Hugo Fattoruso, Sara Sabah, Ed Motta y Juliano Barreto, quienes compusieron nuevos temas -o versiones- especialmente para esta ocasión. El espectáculo será acompañado por una banda integrada por Francisco Fattoruso (bajo), Martín Ibarburu (batería), Coby Acosta y Albana Barrocas (percusión), y el brasileño Vanderlei Silva (percursión y batería).

El gaúcho Juliano Barreto comenzó su carrera con apenas cuatro años grabando jingles; luego participó en el proyecto Prelúdio de la Universidad Federal de Río Grande del Sur y fue la voz principal de la banda Black Rio. Entre varios proyectos, en 2009 editó su primer disco, Canto prometido, y al año siguiente obtuvo el premio Açorianos, como Mejor intérprete de MPB y Mejor espectáculo del año.

En diálogo con la diaria, Barreto contó que ¡Arde! surgió de una mutua admiración entre los cuatro músicos y, por otro lado, en el deseo de encontrar una fecha en común para encontrarse en el escenario. “Esto surgió virtualmente -explica-, mientras nos enviábamos músicas nuevas”, y de ese modo el concierto ya se comenzaba a vislumbrar.

Barreto define este particular encuentro como un espectáculo universal que alterna jazz, música brasileña y uruguaya, y un racconto de la obra de Fattoruso, desde Los Shakers hasta hoy. “También se incluyen algunos hits de Ed Motta, pero en una versión especial para ¡Arde!, y algunas cosas del nuevo disco de Sara. O sea que, concretamente, será un compendio de trabajos de cada uno y, a la vez, de los cuatro juntos, en una dinámica muy orgánica y natural”, anticipó.

En cuanto a Uruguay, también recuerda como sus referentes a Leo Maslíah, Eduardo Mateo y Ruben Rada. “Hugo Fattoruso parece la versión más completa, al ser uno de los instrumentistas más importantes del mundo, un compositor increíble, y, a su vez, alguien que cuenta con una obra muy experimental, que pasó por muchas fases, con grupos como Los Shakers y Opa. Es muy imponente y profundo para mí. Por otro lado, Mateo tiene composiciones increíbles y Rada es la voz negra del país, con ese swing y esa África que siempre sorprenden”.

Conexiones

Ésta no será la primera vez que los cuatro artistas se cruzan en un escenario. En 2009, el proyecto Conexión, creado por Sara Sabah y Juliano Barreto -con la colaboración de Fattoruso-, ensambló sus tradiciones musicales a partir de una fusión de jazz, candombe y samba. Más próximo en el tiempo (2013), Fattoruso ofreció una gala tributo a The Beatles, a medio siglo de la publicación de su primer álbum. En el coro lo acompañaban, precisamente, Sabah y Barreto.

Sobre este cercano intercambio, el músico gaúcho asegura que no es algo programado, sino que ha surgido a partir de una amistad: “Admiro a Sara, su voz y su música desde que la conocí, hace cinco o seis años”. En cuanto a Fattoruso, lo define como “la referencia común de los dioses”, alguien que está “entre los diez más grandes que he escuchado en mi vida. Y compartir con él un proyecto sobre el escenario realmente es la realización de un sueño”.

Barreto conoció a Fattoruso por intermedio de Ruben Rada hace mucho tiempo: “Conocí sus discos, y algunos de sus trabajos contaron con la colaboración de Fattoruso en el piano o en algunos arreglos”. En cuanto al otro brasileño, Ed Motta, Barreto lo define como un gran artista, sobrino de Tim Maia, “el gran negro brasileño que se convirtió en una leyenda del país”. Ed Motta proviene de esa tradición, “también es un seguidor de Hugo, y está muy entusiasmado con este encuentro en vivo”.

El multiinstrumentista y cantante brasileño Ed Motta, referente del soul y del funk, comenzó su carrera en solitario a los 18 años, cuando lanzó el disco Um contrato com Deus (1990), en el que asume la mayoría de los instrumentos, las voces, las composiciones y los arreglos de la mayoría de los temas.

Este inusual encuentro se realizará el lunes 15 a las 20.30 en la sala Zitarrosa y será una buena oportunidad para presenciar un cruce musical contemporáneo entre países vecinos.