Aunque su nombre nunca fue tan conocido como el de algunos compatriotas coetáneos como Milan Kundera y Vaclav Havel, el checo Ludvik Vaculik fue una de las figuras esenciales del movimiento intelectual que, a pesar de haber surgido en el Partido Comunista, generó la llamada “Primavera de Praga”, que forzó la caída del conservador líder del partido Antonin Novotny y su sustitución por el reformista Alexander Dubcek. Vaculik fue el redactor del llamado “Manifiesto de las dos mil palabras”, texto esencial de la revuelta. Luego de que la Primavera de Praga fuera aplastada por los tanques rusos, Vaculik fue perseguido como disidente y su propia obra estuvo prohibida hasta 1989 y la llegada de la perestroika, pero más que por su trabajo de ficción se lo recuerda por el manifiesto. Vaculik murió el sábado a los 88 años y fue despedido con honores de héroe nacional.