“Cantate otra, Carlitos”. La leyenda cuenta que este grito -luego convertido en un clásico- se escuchó por primera vez en una noche fría de 1915, cuando el dúo Carlos Gardel-José Razzano debutó en el mítico teatro Royal de Montevideo. Pero además de este centenario, ayer se cumplieron 80 años de la muerte de Carlitos, el Zorzal Criollo, el Morocho del Abasto que sigue cantando cada vez mejor, y el Río de la Plata decidió homenajearlo con actividades variadas. Mientras que en Medellín -donde falleció- se le dedicaba un concierto emitido por la televisión pública, en Montevideo se inauguró una escultura del Mago -a cargo de Alberto Morales Saravia- ubicada frente al bar Facal (18 de Julio y Yi), en el que cada turista podrá retratarse, sonriente o apático, junto al Troesma. La actuación del Sexteto Montevideo inició la Semana gardeliana de Montevideo y Tacuarembó.

En el coloquio internacional El tango ayer y hoy (del que se publicó un cuidado libro que reúne variadas reflexiones y aproximaciones al género), organizado por el Centro Nacional de Documentación Musical Lauro Ayestarán en 2013, Daniel Vidart ofreció una lúcida exposición titulada “Gardel: siglo XXI”. El antropólogo alternó sus conocimientos históricos sobre el tema con relatos orales producto de sus investigaciones, testimonios y análisis. Contó la anécdota de cuando unas voces indiscretas le preguntaron a Gardel, en medio de un banquete, dónde había nacido. El Mago levantó su copa y como canyengueando, “con aquella voz de ñato que todavía resuena”, dijo: “Señores, yo soy rioplatense como el tango”.