Si bien el uruguayo Enrique Buchichio se había llevado los primeros aplausos del Festival de Cine de Gramado, cuando presentó su película Zanahoria -que competía en la sección de films latinoamericanos-, las ganadoras del encuentro fueron producciones brasileñas y argentinas.

Como ya es habitual, Gramado presentó dos secciones competitivas de largometrajes, una dedicada al cine latinoamericano, en la que participaban Uruguay, Argentina, Colombia, México, Ecuador, Costa Rica y Cuba, y otra de producciones brasileñas. En la primera, la vencedora fue la película argentina La salada, del cineasta argentino-taiwanés Juan Martín Hsu, que también se llevó el Premio de la Crítica. En La salada se retrata la experiencia que deben enfrentar en Argentina los nuevos inmigrantes, a partir de tres historias con personas de orígenes diferentes en el enorme complejo de ferias que da título al film, donde deben hacer frente a la soledad y el desarraigo. “La Salada es un lugar polémico, y Juan Martín decidió hablar de personas, de experiencias y de los sentimientos de un inmigrante”, dijo el protagonista de la película, Ignacio Huang, a la agencia Télam, describiendo de ese modo una obra coral sobre las diferentes historias de un trío de nuevos inmigrantes en un “país de inmigrantes” de otros orígenes.

La película colombiana en blanco y negro Ella, de Libia Stella Gómez, fue elegida como la mejor del festival por la votación del público. Este nuevo trabajo de Gómez va más allá de la historia de Alcides, un veterano que pierde a su esposa y debe iniciar un calvario para poder sepultarla, ya que la directora integra a la trama la violencia y la pobreza que percibe en las calles de la ciudad de Bolívar, así como el maltrato a las mujeres y el abandono a la infancia.

En la sección brasileña, una de las finalistas fue la gran vencedora del último Festival de Cine de Punta del Este: O último cine drive-in, de Iberé Carvalho, sobre la vida de los dueños de un viejo autocine en Brasilia que aún continúa en pie; pero los premios para la mejor película y el mejor director se los llevó Ausencia, de Chico Texeira.