“En esos días, en medio de la desbandada, empecé a escribir un diario”, dice el escritor Ricardo Piglia en el tráiler de 327 cuadernos, documental dirigido por Andrés Di Tella que se estrena este sábado. “Por supuesto, no hay nada más ridículo que la pretensión de registrar la propia vida -continúa diciendo el argentino-. Sin embargo, estoy convencido de que si no hubiera empezado a escribirlo esa tarde, jamás habría escrito otra cosa”.

Así recuerda sus comienzos Piglia, narrador, docente, editor y crítico fundamental de la literatura latinoamericana contemporánea, que ya se ha convertido en uno de los autores canónicos de las letras hispanas, con galardones como el premio Formentor (distinción que recibieron Samuel Beckett y Jorge Luis Borges, entre otros). En su diario decidió hablar de sí mismo como si fuera otro, por medio del álter ego Emilio Renzi, que también ha aparecido en sus libros (su nombre completo es Ricardo Emilio Piglia Renzi, y el juego es igual que el realizado, de este lado del Plata, por Jorge Mario Varlotta Levrero). Comenzó a escribirlo cuando era un adolescente, en 1957, el año en que su padre cayó preso por defender a Juan Domingo Perón (que había sido derrocado en 1955) y su familia decidió mudarse a Mar del Plata. Él cree, como dice al comienzo del documental, que no se habría convertido en escritor sin ese puntapié inicial.

El esperadísimo proyecto de publicación de los diarios de Piglia comenzará con Años de formación, que abarca el período 1957-1967 y que la editorial Anagrama distribuirá a partir de la semana que viene en Argentina. Está previsto que a ese volumen le sigan otros dos: Los años felices en 2016 y Un día en la vida en 2017, en el que el autor de Cadena perpetua recrea los ya míticos diarios privados que está escribiendo desde hace más de medio siglo, y de los que hasta ahora sólo se habían publicado algunos fragmentos.

327 cuadernos (que se estrenará el sábado a las 22.00 en el cine del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires, y a la misma hora en la TV Pública porteña), el documental de Di Tella, se inicia con imágenes de gente que festeja el golpe de 1955. Superpuesta, la voz de Piglia lee una entrada sobre el origen de estos diarios. Según contó el cineasta -quien ya había trabajado con Piglia en un documental sobre Macedonio Fernández-, el proyecto surgió de conversaciones entre ambos: mientras Di Tella rumiaba la idea de hacer un diario cinematográfico, Piglia tenía pendiente leer y trabajar sobre sus cuadernos. “Para mí es una novela, aunque el material sea verdadero y personal. La ficción se define en la enunciación. El que habla no existe, aunque el contenido de lo que dice sea real”, plantea el autor de Respiración artificial.