Es difícil definir qué es lo que ha conseguido que el otrora ninguneado género documental -relegado al ámbito didáctico o a los canales estatales perezosos- esté viviendo su actual auge, que lo encuentra ya compitiendo en términos de jerarquía y creatividad con el cine de ficción, y ganándose festivales especializados incluso en Uruguay. Se puede adjudicar en parte este fenómeno a la lenta y sedimentaria difusión del género realizada por los canales de cable, o a la mera efectividad y popularidad de directores como Alex Gibney o Michael Moore, pero también se puede intuir que tiene que ver con el fácil acceso a películas mediante la web, con su función informativa en un tiempo en que se lee poco, o simplemente con que su carácter testimonial y “real” le otorga una credibilidad y empatía emocional que el cine comercial, dedicado a lo simplemente espectacular, ha perdido. En todo caso, obras como Man on a Wire, The Act of Killing y Grizzly Man muestran que el género se ha convertido en algo que el mundo audiovisual tiene que tomarse muy en serio. O muy en joda, como ha hecho este grupo de comediantes cultos e inquietos, que han creado uno de los productos más graciosos de la TV actual y a la vez un raro ejercicio de amor cinéfilo.

Documentary Now! sorprende no sólo por lo poco evidente de sus objetos de parodia, sino también por la cuidadosa producción formal de cada episodio, lo que hizo que la temporada -al estilo de la meticulosa TV inglesa- se limitara a seis entregas, producidas ejecutivamente por el pope de SNL, Lorne Michaels.

Con su tema explícito desde el título (que hace referencia al programa de noticias independiente Democracy Now!), la serie se presenta como un ciclo de documentales clásicos, conducido con total seriedad por Helen Mirren. Mientras desfilan en pantalla fotogramas de films reales como Harlan County USA o Hoop Dreams, se presenta una de estas piezas inspiradas -inevitablemente- por el clásico de los falsos documentales humorísticos This is Spinal Tap (Rob Reiner, 1984), mockumentary que no por casualidad tenía en su elenco a otros ex integrantes de SNL. A pesar de lo especializado de su humor satírico pero respetuoso (los documentales parodiados son generalmente obras clásicas del género, pero no por eso obras populares), el resultado de esta primera temporada es excelente y ha obtenido críticas superlativas por doquier, de modo que es esperable que la experiencia se repita el año que viene. Hasta ahora los episodios emitidos son los siguientes.

Sandy Passage: Parodia de un clásico documental del siglo XX, Grey Gardens, de Albert y David Maysles (1975), que consistía en el retrato de una madre y su hija provenientes de la aristocracia de East Hampton (Nueva York), conocidas por su extravagancia y por vivir en una gran mansión deteriorada e infestada de alimañas. Una fotografía social inolvidable con la que Hader y Armisen se hacen una fiesta, interpretando el primero a la hija y el segundo a la madre. Sandy Passage reconstruye a la perfección el estilo de cámara en mano y retratos lacónicos del original, con un Hader y un Armisen que hacen mucho más que simplemente vestirse de mujer, hasta que de pronto -y aprovechando el recurso de la cámara en mano-, todo se convierte en una suerte de film de horror estilo found footage (rodaje encontrado), que eleva el absurdo a niveles asombrosos.

DRONEZ: The Hunt for El Chingón: En este caso se trata de una parodia a los documentales producidos por la conocida revista hipster Vice, en este caso siguiendo a varios dúos de periodistas de esa publicación (todos interpretados por Hader y Armisen) en la búsqueda del paradero de un peligroso narco mexicano. Reconocibles como periodistas a la legua, los investigadores hipster siempre terminan ejecutados por los narcos, lo que forzó a demorar la emisión del episodio en su momento, al casi coincidir con el asesinato de dos periodistas televisivos en Estados Unidos. Aunque la estética de edición y la narración son un calco perfecto de los producidos por Vice (la revista colgó el corto en su página, orgullosa de la imitación, que sin embargo es la más crítica hacia su objeto imitado), es el más mecánico y previsible de los episodios de Documentary Now!, aunque por supuesto tiene sus momentos de gracia homicida.

Kunuk Uncovered: El más brillante de toda la serie es todo un ejemplo de cómo rizar el rizo de la cinefilia. No se trata de una parodia del clásico de los documentales mudos Nanuk, el esquimal (Robert J Flaherty, 1922), sino de Nanook Revisited, un documental sobre Nanuk, el esquimal, por lo que la referencia es en dos etapas. Nanook Revisited es una visión crítica sobre Nanuk, el esquimal, que discutió en su momento cuánto había de auténtico documental en éste y cuántas escenas habían sido planificadas y guionadas dramáticamente por el director Flaherty, y es exactamente eso lo que hace Kunuk Uncovered, en el que se reconstruye el periplo de un documental similar filmado sobre Pipilok (rápidamente rebautizado “Kanuk” por motivos estéticos), el más inútil miembro de una tribu inuit. Sólo que en esta versión las partes dramáticas y “falsas” del documental no provienen del director estadounidense, sino del propio Pipilok (interpretado por un Armisen que no necesita decir una palabra para ser absolutamente hilarante), quien poseído por un espíritu de auteur digno de Jean-Luc Godard, llega a inventar planos subjetivos y hasta la steady-cam (aunque los rollos filmados por él recién se descubrirían en 1990). Un delirio de influencias borgeanas para el que la producción de Documentary Now! se trasladó a Islandia (excepto Hader, que no pudo viajar por otros compromisos y filmó sus partes desde Estados Unidos), lo que aprovecharon para filmar también el quinto episodio de la serie, utilizando cámaras de museo para reproducir la textura de una filmación de comienzos del siglo XX. Ninguna palabra le va a agregar nada a esta maravilla capaz de hacer que varios asiduos de Cinemateca se desgracien de la risa, y que desde ya puede considerarse un hito en la historia de las parodias humorísticas.

The Eye Doesn't Lie: Aquí el sujeto de la mimesis humorística es otro clásico de la filmografia documental estadounidense, aunque no muy conocido fuera de su país. Se trata de The Thin Blue Line (Errol Morris, 1988), una investigación sobre el caso de Randall Dale Adams, un hombre encarcelado de por vida a causa de un crimen que no cometió. Aunque el documental no es ningún prodigio formal y abusa de las reconstrucciones de escenas con actores, su celebridad se debe más que nada a que la investigación y la controversia desatada por el estreno del film resultaron esenciales para que el caso se reabriera y Adams recobrara su libertad (algo similar a la auténtica batalla librada por los realizadores de la serie Paradise Lost para liberar a unos jóvenes también encarcelados en forma injusta). Es decir, se trata de un verdadero símbolo del cine activista y comprometido, lo que no impidió que Hader y compañía se divirtieran como locos (y lo contagiaran) contando una historia muy similar, en la que el acusado no está, como en el caso original, encarcelado por los prejuicios y la desidia policial, sino por ser absolutamente insoportable. Una vez más, la imitación de las texturas visuales (así como las reactuaciones, llevadas al plano del mayor ridículo) están calcadas, y Armisen vuelve a robarse el show interpretando al inocente que todo el mundo quiere ejecutar.

A Town, a Gangster, a Festival: El único de los episodios de Documentary Now! cuya inspiración no es evidente, esta historia describe un festival en una ciudad de Islandia, dedicado a celebrar la figura de Al Capone. Filmado durante el rodaje de Kunuk Uncovered, al que Hader no asistió, también Armisen está casi ausente, y eso dejó todos los roles principales a actores islandeses (profesionales o no), quienes además improvisaron muchas de sus escenas. El resultado, es una vez más, deslumbrante, ya que no hay chistes explícitos, sino que la gracia proviene del contraste entre la seriedad y el realismo de los testimonios y lo absurdo de la premisa, ilustrada con cara de póquer mediante desfiles de islandeses vestidos de gángsters. Con un tono completamente distinto, A Town, a Gangster, a Festival puede pasar como uno más de las decenas de documentales sobre peculiares costumbres de localidades remotas, hasta que -como en las novelas paródicas de Roberto Fontanarrosa- se cae en que el gran chiste es el absurdo total del concepto local. Pero el episodio tiene una rara calidez (la risa es evidentemente compartida por los participantes islandeses, que cumplen sus roles con alegría y disciplina), que lo convierte en otro capítulo magnífico, tal vez el más sensible.

El último de los episodios de esta primera temporada de Documentary Now!, próximo a emitirse, es un capítulo doble llamado Gentle and Soft: The Story of the Blue Jean Committee, modelado sobre el documental musical History of The Eagles (Alison Ellwood, 2013), una notable biografía sobre el grupo de rock de Glenn Frey y Don Henley. Aunque todavía no se ha visto, cabe suponer que sea similar a aquel Ian Rubbish and the Bizzaros: History of Punk que dio origen a todo esto, y que en manos de comediantes que además son buenos músicos, como Hader y Armisen, promete un broche de oro para este ciclo excepcional.