Chrissie Hynde, líder, guitarrista y cantante de The Pretenders, ha sido siempre un ícono feminista, porque fue una de las primeras mujeres que se paró en un escenario en plan de absoluta igualdad eléctrica con sus colegas masculinos, tomando distancia de cierto carisma de fragilidad que hasta ese momento se solía asociar con las mujeres en el mundo bastante machista del rock (incluso en el caso de artistas tan potentes como Janis Joplin).

Hynde, además, se ha caracterizado por su brutal franqueza cuanda habla de su pasado, su sexualidad y su aventurera vida personal, de modo que el anuncio de que está por editar una autobiografía, titulada Reckless, llamó la atención inmediatamente, prometiendo todo tipo de revelaciones de una auténtica insider del mundo del rock. Lo que no se esperaba era el tipo de escándalo que causó la primera de esas revelaciones.

En una entrevista acerca de libro que dio a The Sunday Times, la artista recordó una experiencia de abuso físico que sufrió a los 21 años, por parte de integrantes de una pandilla de motociclistas, cuando estaba borracha y drogada, dando a entender en cierta forma que se lo había buscado al decir: “Es simple sentido común. Si estás usando algo que dice ‘vení, cogeme’, es mejor que seas buena corriendo... ¿Estoy diciendo algo muy discutible?”.

Sí, sin duda lo estaba diciendo, ya que de inmediato sus declaraciones fueron atacadas por organizaciones contra la violencia sexual y por algunas víctimas de violación -entre ellas la bajista de The Runaways, Jackie Fox-, quienes le recriminaron a Hynde que culpabilizara a las víctimas, tal como suelen hacerlo muchos hombres, invirtiendo así el orden de las responsabilidades y en cierta forma justificando el ataque, uno de los temas más sensibles para las organizaciones feministas actuales, que quedaron perplejas al escuchar esta opinión en boca de uno de sus íconos musicales.

Pero Hynde, de 63 años, no pareció acusar el golpe de las recriminaciones, sino que apenas las relativizó en una entrevista para el diario estadounidense The Washington Post.

Afirmó que le sorprendieron reacciones tan virulentas acerca de sus dichos sobre “chicas en ropa interior”, en un contexto actual de violencia mundial que le parece mucho más grave que sus declaraciones, para culminar diciendo simplemente: “Si no quieren escuchar lo que opino, no me lo pregunten”.