Si bien los recientes despidos por causas aparentemente ideológicas de Víctor Hugo Morales y todo el personal de la radio Nacional Rock ha movido mucho el ámbito de las radios bonaerenses, otro conflicto mayor y más sórdido está abriendo grietas insalvables entre quienes hasta hace poco eran aliados indivisibles. Se trata de la conocida FM Rock & Pop, que hasta hace algún tiempo era dirigida por Mario Pergolini y que se encuentra en período de reestructura desde que fue comprada por el mediático millonario Matías Garfunkel y su socio Sergio Spolzki, con quien forman el Grupo 23. Este grupo, que es dueño también de las radios Splendid y Vorterix, así como de los diarios Tiempo Argentino y El Argentino, fue el multimedios que más dinero recibió de la administración de Cristina Fernández de Kirchner, pero ante el notorio cambio de vientos en la esfera política argentina, comenzó una reducción y reprogramación bastante brutal de sus propiedades, incluyendo el levantamiento de varios programas y adeudando salarios y aguinaldos a casi todos sus empleados. Una de las primeras víctimas -aún antes de las recientes elecciones- fue la conocida conductora Elizabeth La Negra Vernaci, quien en noviembre del año pasado se encontró con que su programa Negrópolis fue súbitamente levantado del aire (tras 14 años en la emisora) sin mayores explicaciones. La conductora arremetió contra Garfunkel, pero dejó caer algunos palos sobre el lomo de uno de sus socios más conocidos, Pergolini, recordando la frase con la que el conductor solía terminar su programa Caiga quien caiga (CQC): “Cuídense que hay mucho garca dando vueltas”. Pergolini se lavó las manos del asunto, explicando que en ese momento no estaba relacionado con la programación de la radio. Poco más de un año después Vernaci tuvo la inesperada compañía de quienes eran -al menos mediáticamente- los compañeros inseparables de Pergolini: Eduardo de la Puente y Juan Di Natale. El primero estalló en furia ante los atrasos en los pagos, cargando también contra Garfunkel, pero recordando indirectamente a quien sigue vinculado con el Grupo 23 y a quien evidentemente consideraba un amigo o un compañero de emprendimientos: “Enseñanza: si todo el mundo te dice que alguien es un hijo de puta no gastes 25 años defendiéndolo ni esperes a que te cague a vos también”, escribió en su Twitter, para agregar más tarde “A LOS QUE LA TENÍAN RECLARA: si en su momento no avisaron ahora no vengan a hacerse los superados. No soy tan inteligente como ustedes”, manifestó. Respondiendo a un usuario, dijo: “Me hago cargo. Soy responsable. Yo sabía lo que pasaba y lo que iba a pasar y fui cómplice y mis amigos mafiosos me cagaron”, en lo que todo el mundo entendió como un mensaje hacia el ex conductor de CQC, que persistía en su posición de Poncio Pilatos y aseguraba que solamente estaba relacionado con la radio Vorterix y no tenía nada que ver con la Rock & Pop, que dirigió durante décadas. Pergolini acusó el golpe, pero alegó no sentirse tocado, ya que De la Puente no lo nombraba directamente, y agregó que hace dos o tres años que no habla con su antiguo coconductor. Pero si su otrora mano derecha lo señalaba como responsable, a esto se le agregó también el dedo acusador del canoso conductor Juan Di Natale, aún compañero de De la Puente en el programa No vuelvas, quien en medio de lo que amenaza convertirse en una tormenta de conflictos sindicales contra el Grupo 23, volvió a utilizar la comparación que había rescatado Vernaci, escribiendo en su Twitter: “Todo empezó con el chiste que decía ‘Cuidado que hay mucho garca dando vueltas’. Años tardé en entenderlo”. Pergolini, sin disimular sentirse aludido, respondió con su clásico argumento: “Ya me tienen las bolas al plato. No tengo nada que ver con Rock & Pop desde hace cinco años. No tengo ni cargo ni cobro nada. Sólo dirijo Vorterix”. Esto provocó una nueva respuesta de Vernaci en la guerrilla de tuits; a pesar de que ya está trabajando nuevamente, aprovechó para soltar un poco más de veneno hacia el ex conductor de Hacelo por mí, escribiendo: “La novela que me estaba perdiendo! ‘Yo no fui’. ‘No tengo nada que ver’”. Agregó: “El Garka millonario se debe pensar que echándole la culpa a los demás va a zafar. Cada uno sabe su responsabilidad en esto y nosotros también”. Por las dudas de que no quedara claro de quién estaba hablando, amplió sus comentarios con ironía, diciendo: “Nunca tuve problemas para llamar a las cosas por su nombre si hubiera querido decir Mario Pergolini lo hubiese dicho como alguna vez lo hice”, para luego rematar: “No puedo nombrar ni arrobar a la gente que no considero... que me da asco”. En todo caso, entre estas escaramuzas con dificultades para dar nombres propios, está claro que Pergolini no está siendo recordado con cariño por sus ex colegas y evidentemente ex amigos, y que no le va a quedar mucha autoridad moral como para andar acusando gente en el futuro. Definitivamente, los años 90 terminaron de terminar.
Caiga quién cayó
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