Ya casi tan institucionalizados como los Oscar, los infames premios Golden Raspberry (o Razzie, como se los conoce) a las peores películas del año han seguido también fieles a su costumbre de adelantarse un poco a los galardones de la Academia de Hollywood. Ayer se anunció cuáles son las nominadas, es decir, esas películas de las que todos estaremos autorizados a burlarnos en el futuro.
Creados por el publicista John JB Wilson, la historia de los Razzies no está exenta de errores tan significativos como los del Oscar, pero generalmente las obras que reciben este poco deseado galardón pasan a ser consideradas porquerías irredimibles. Sin embargo, los juicios que sustentan estos premios no siempre son equilibrados (entre otras cosas, los votantes no necesitan haber visto los films, y muchas veces son parte de un prejuicio colectivo), y entre los nominados han estado obras tan interesantes como The Blair Witch Project (Eduardo Sánchez y Daniel Myrick, 1999) o sólo irregulares como la última versión de El llanero solitario (Gore Verbinski, 2013).
De hecho, la película que más nominaciones tuvo en la historia de estos premios fue Showgirls (Paul Verhoeven, 1995), candidata a 13 y ganadora de siete de ellos (y más tarde de un Razzie a peor film de los 90), un film con muchas decisiones cuestionables pero que con el tiempo ha sido revalorizado por figuras del calibre del crítico Jonathan Rosenbaum y el cineasta Jim Jarmusch, que supieron apreciar el evidente contenido satírico de esta obra que debe buena parte de su mala fama al acoso de algunos grupos políticamente correctos que habían declarado a Verhoeven un enemigo a causa de su anterior película, Bajos instintos (1992).
También se han encarnizado históricamente con Sylvester Stallone, un actor y cineasta con más buenas películas de las que se cree, automáticamente nominado por muchos años, incluso por films más que pasables como Cliffhanger (Renny Harlin, 1993). Hoy ese lugar infame parece ocuparlo el comediante Adam Sandler, cuyas películas son nominadas a cuanto Razzie sea posible (generalmente con bastante razón).
En todo caso, y tomando con pinzas su abucheo institucionalizado, ya se sabe quiénes serán los escrachados de este año. El título que parece tener todos los boletos para arrasar en el podio es el nefasto drama erótico 50 Shades of Grey (Sam Taylor-Johnson), adaptación de la no menos lamentable (pero increíblemente exitosa) novela homónima de ET James. Tiene nada menos que seis nominaciones en las principales categorías, incluyendo peor actor, peor actriz, peor guion y peor director, además de la obvia a peor película. Sin embargo, otro film podría hacerle sombra al bagarto de las 50 sombras: el calamitoso tercer lanzamiento (reboot) de Los cuatro fantásticos (Josh Trank), que acumuló cinco nominaciones.
El resto de las postulaciones denigrantes va para películas también espantosas pero de perfil más bajo. Entre ellas, la indefendible pero bienintencionada Jupiter Ascending, de los hermanos Wachowski, con seis nominaciones. Hay también una nominación como peor combo para Johnny Depp y su mostacho pegado con goma de Mordecai.
Pero hay que decir que, al menos como una leve compensación, este año se inaugura la categoría de premios “artista redimido”, para antiguos nominados y ganadores de Razzies a quienes se considera rescatados por su participación en buenas películas. Los candidatos a redimidos de este año son los actores Will Smith y Elizabeth Banks, el director M Night Shyamalan y el tradicional cascoteado en estas nominaciones, Sylvester Stallone, de quien se dice que su actuación en Creed, la continuación/relanzamiento de la saga de Rocky -un film que gira alrededor del hijo de un antiguo oponente de ese boxeador- tal vez le merezca incluso un nada vergonzoso Oscar.