Esta inconfundible autora, traductora y ensayista de 92 años fue premiada entre los 43 candidatos que aspiraban al galardón “por su lenguaje sensorial e implicación en el cambio que ha experimentado la poesía en los últimos tiempos”, pero, sobre todo, por haberse convertido en una “gran renovadora de las letras, así como una de las más vanguardistas de la poesía en español”, sostuvo María de Leyva, concejal de Cultura de Granada, ciudad donde se entrega este premio dotado de 30.000 euros.

El jurado español reconoció que se trata de una poeta “muy exigente con su lenguaje [y que] quiere que cada palabra lleve más de lo que dice”, además de que su poesía se vuelve “sensorial porque no sólo es conductora de ideas, sino también de percepciones”.