Los vecinos anteriores al meteorito

La gente de + Cerca lo hizo de nuevo. Algo así podría ser el colofón para el nuevo título de esta editorial, que comenzó a producir libros de divulgación científica para niños con el apoyo de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación y asociada con la señera Banda Oriental, y que luego siguió su camino sin el apoyo estatal que la ayudó a dar el primer paso. En estos dos años de trabajo constante, con cinco títulos publicados, se han mantenido la asociación editorial y el equipo básico de trabajo, lo que se materializa en una colección reconocible, con marcas de identidad claras, que ha sabido buscar investigadores y temas adecuados para acercar la ciencia a los niños lectores. Desde el inicio, ya auspicioso, es posible reconocer un camino de trabajo y consolidación: de los puntos débiles en cada título se han extraído aprendizajes para mejorar en el siguiente. Por eso, la primera impresión al hojear Tierra de dinosaurios: temibles animales que vivieron en Uruguay es que la línea editorial se mantiene, pero mejor.

El tema es una fija y un enorme desafío: es innumerable la bibliografía sobre dinosaurios que se ofrece a los niños, con publicaciones diversas en calidad, orientación y formato (hay libros visualmente muy atractivos cuyo mayor problema es la manera poco clara en que se ordena y pondera la información). El reto era ofrecer un producto genuino y capaz de diferenciarse del resto. Ese “algo distinto” es el anclaje territorial: el libro da cuenta de hallazgos e investigaciones en torno al tema en Uruguay y, por ende, presenta una muestra de la fauna de nuestro lejanísimo pasado. La información científica es responsabilidad del paleontólogo y geólogo Matías Soto, y los textos estuvieron a cargo de Silvia Soler.

Se incluye un material heterogéneo ensamblado en forma armónica: ilustraciones, fotografías, mapas, esquemas y cuadros, entre otras herramientas que ayudan a la comprensión, como el calendario de Carl Sagan. Con respecto al material gráfico, es de destacar que se haya trabajado con dos autores: Pantana y Renzo Vayra. Las imágenes de este último, que recuerdan las ilustraciones de las viejas historias naturales, muestran a distintas especies de dinosaurios en su hábitat. Las de Pantana acompañan la narración, aportando viñetas y elementos diversos que ayudan a la comprensión de los también diversos elementos textuales.

La información se estructura en preguntas y respuestas. Matías, el investigador, les propone a los habituales personajes de la colección, los primos Sofía y Lucas, que cada mañana le manden por WhatsApp una pregunta, que él responderá antes de que caiga el sol. Esto le da dinamismo a la presentación de la información y permite, al mismo tiempo, vehiculizarla con naturalidad en el marco de la anécdota. Cabe señalar que los textos son menos extensos que en algunos de los títulos anteriores, lo cual favorece la lectura y permite un diseño gráfico más atractivo.

Tierra de dinosaurios no defrauda las expectativas. Por el contrario, muestra a un equipo de trabajo consolidado, en crecimiento, que permite pensar en nuevos títulos que sigan en la buena senda. El conjunto de la colección ha puesto en diálogo con los lectores más jóvenes investigaciones desarrolladas en Uruguay en paleontología, arqueología y ciencias biológicas, y un abordaje valiente y complejo de la escritura en ¡No hablemos de piratas! Una aventura para leer y escribir. No estaría nada mal -de puro atrevida, hago un pedido- que se abordaran, junto con las ciencias, la filosofía y las humanidades en general.