En 2006, el multipremiado fotógrafo argentino Rodrigo Abd (Pulitzer 2013 por su trabajo sobre la guerra civil en Siria) fue enviado a Kabul para cubrir la guerra de Afganistán. Allí descubrió el antiguo oficio local de la cámara instantánea “de cajón” y, deslumbrado, decidió comprar una: del cruce entre el “tenso reportaje de guerra y el espacio más íntimo y distendido de la fotografía de plaza” nació una nueva mirada. Comenzó a retratar a jornaleros afganos y ya no abandonó ese instrumento, con el que recorrió Guatemala y Perú fotografiando a reinas mayas, payasos de calle, cortadores de caña de azúcar, pandilleros juveniles, parteras rurales y familiares de desaparecidos, entre otros, “desafiando los calendarios implacables del fotorreportaje así como el peso y la falta de practicidad de la maquinaria rudimentaria”. Esta muestra, titulada, precisamente, La cámara afgana, reúne retratos producidos de 2006 a 2015, además de una sección biográfica dedicada a la trayectoria documental de Abd. Se puede ver en el Bazar (18 de Julio 885) del Centro de Fotografía de Montevideo.