Aprovechando la nostalgia causada por la muerte del protagonista original, Gene Wilder, o por pura casualidad, Warner Bros anunció que convertirá a una recordada comedia musical infantil de los 70, Willy Wonka y la fábrica de chocolate (Mel Stuart, 1971), en una franquicia, produciendo una película sobre las aventuras de Wonka antes de su encuentro con el niño Charlie.
Warner compró este año los derechos del personaje y de la novela a los herederos del legendario escritor de narraciones infantiles británico Roald Dahl, quien publicó en 1964 la historia con el nombre Charlie y la fábrica de chocolate. No tenía mucho sentido hacer una remake, ya que en 2005 Tim Burton hizo una, bastante efectiva, con el título original y protagonizada por Johnny Depp, y la compañía -que no ha adelantado plazos o elenco- se propone contar una historia sobre los orígenes de la fábrica de golosinas elaboradas por Wonka y los minúsculos oompa loompas. La novela de Dahl no proporciona pistas acerca de los comienzos de la obsesión de Willy, pero la versión de Burton elaboraba una historia sobre un celoso padre dentista que le había prohibido comer chocolates durante toda su infancia para cuidar sus dientes, y se desconoce si la precuela seguirá esa línea argumental.
Dahl, fallecido en 1990, nunca escribió otra historia sobre Wonka, pero sí una sobre el niño, llamada Charlie and the Great Glass Elevator (1971), y estaba preparando una más cuando murió. Warner no ha mostrado interés por llevar al cine esas secuelas oficiales, y su opción demuestra que el extravagante hombre del sombrero y sus dulces productos son el auténtico interés de los golosos espectadores, sin que del pobre Charlie se acuerde nadie.