Hace ya siete años que Steven Wilson, líder y guitarrista de la banda Porcupine Tree, se dedica a la cuidadosa remezcla y remasterización de los discos más clásicos del rock progresivo, en particular los de King Crimson (pero también obras de grupos con mayor popularidad como Yes, Jethro Tull y Emerson, Lake & Palmer, y de otros menos notorios como Caravan o Gentle Giant). Su trabajo en ese terreno comenzó en 2009 con dos discos de Crimson, Red (1974)y una edición conmemorativa de los 40 años de In The Court Of The Crimson King, para la cual digitalizó y limpió cuidadosamente las pistas, reconstruyendo casi exactamente el sonido original, y volvió a mezclar.

Los puristas pusieron el grito en el cielo, pero los fans más abiertos y despiertos llegaron a sentir que la versión de Wilson -a la que pronto se sumó su trabajo sobre el resto de la discografía hasta 1981, incluyendo material en vivo- sonaba mejor. O, al menos, que ofrecía un dignísimo complemento del sonido de aquellos vinilos ahora inevitablemente arruinados por la fritura y la pérdida de fidelidad, mucho mejor que la mayoría de las remasterizaciones en uso, comprimidas a más no poder y desprovistas de las dinámicas del sonido original.

Hace no más de un mes King Crimson publicó la caja On (And Off) The Road, que reúne sus tres álbumes de los años 80 (los primeros en contar con Adrian Belew y Tony Levin), que renovaron el sonido de la banda, después de siete años de inactividad, y lo emparentaron con la New Wave, la No Wave, el serialismo y la música de gamelán. Tanto Discipline como Beat y Three of a Perfect Pair fueron remezclados y remasterizados para esta propuesta, y quizá sea en el último de los álbumes donde el trabajo de Wilson se luce más (y mejor que nunca). Pero la caja incluye 16 compactos más con distintas mezclas, conciertos, material descartado y un disco de demos y ensayos, así como réplicas, afiches, programas, entradas y otros objetos valiosos para los coleccionistas. Más allá de que su precio es bajísimo si pensamos en todo lo que trae, On (And Off) The Road resulta un verdadero tributo a la influencia de Belew sobre King Crimson, y su aparición casi simultánea con la actuación del músico en nuestro país es de una sincronía sugerente o, mejor, aprovechable.