La Justicia se pronunció a raíz de una denuncia presentada por dos ciudadanos, en la que se pedía una definición acerca de si era el gobierno o el Parlamento el que debía delinear la separación del bloque.

Ante la ausencia de leyes que prevean una situación como esta, el Tribunal Superior consideró que “la norma fundamental de la legislación constitucional británica es la soberanía parlamentaria”. El fallo no aclara qué papel debería jugar el Parlamento, es decir, si se limitaría a la aprobación del inicio del trámite o de un eventual acuerdo final, o si podría definir los términos de la separación.

El ministro de Comercio Internacional, Liam Fox, dijo que el gobierno está “decepcionado” por la decisión del tribunal. “El país votó por abandonar la Unión Europea en un referéndum aprobado por el Parlamento, y el gobierno está determinado a respetar su resultado”, agregó. El gobierno anunció que apelará ante el máximo órgano judicial británico, que se pronunciará de urgencia.

La oposición celebró el fallo y pidió al gobierno que envíe al Parlamento toda la información necesaria para que comiencen las votaciones.