Brasil -los días que corren lo muestran- ha vivido muchos sobresaltos políticos. Según la ocasión, el poder real supo vestirse (o disfrazarse) de procedimientos electorales. De eso trata este cuento de Arthur Azevedo, recogido en el libro Contos fora de moda (Río de Janeiro, 1893).

“Plebiscito” fue una doble respuesta irónica. Por un lado, a la presunción de la burguesía brasileña en ascenso; por otro, a la fallida iniciativa de quienes pretendieron realizar una consulta para legitimar la República proclamada en 1889 antes de que el proyecto llegara a la Constituyente, que actuó dos años después. Tanto las pocas intervenciones del narrador como los diálogos, base de la estructura del cuento, fluyen precisos. Desde el principio se ensayan diversos matices en la comunicación, hamacándose entre las formas de tratamiento familiar (você) y las de distancia (o senhor). Azevedo las combina y las entrechoca a fin de lograr el efecto de extrañamiento emocional y la tensión entre los personajes. Junto a este recurso metalingüístico de amplias proporciones significativas, el relato gira sobre el sentido de una palabra clave (“plebiscito”) y las discordias que esta provoca en el seno de la familia que, sin saberlo, ejerce la potestad de la palabra ignorada. Eso, aunque el orden autoritario se reponga, no sin una nota que vuelve irrisorio su propio discurso y, por extensión, insinúa el drama de las mayorías en la vida colectiva.

Arthur Azevedo, como su hermano Aluízio -el narrador naturalista más notable del último cuarto del siglo XIX-, nació en São Luís do Maranhão en 1855. Muy joven se trasladó a Río de Janeiro, donde pronto fue reconocido como dramaturgo, tanto por la escritura de piezas propias (A jóia, O badejo), como por la adaptación de historias ajenas. Hacia 1875, en la entonces capital brasileña -que no pasaba de los 300.000 habitantes-, ejerció el periodismo en diversos medios y alcanzó a fundar algunas de las primeras revistas literarias cariocas (A Gazetinha, Vida Moderna, O Álbum). Para ellas escribió decenas de artículos y cuentos, con visos de crónicas de costumbres y habitualmente en forma dramática. Azevedo murió en Río en 1908. Juntó varios de sus cuentos en cuatro volúmenes; otros tantos aún esperan su rescate. Algunas de estas piezas fueron recuperadas por Raimundo Magalhães Junior en su antología general Histórias brejeiras (Cultrix, São Paulo, 1957). De ese volumen tomamos el texto para la presente traducción.

Pablo Rocca.