“Les ofrecemos trabajar en conjunto para mejorar nuestro país”. Así resume el presidente Tabaré Vázquez la intención última de su gira europea y, más concretamente, de la visita oficial de dos días a Galicia. Menos de un año después de compartir en Montevideo con el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, los detalles del Plan Estratégico de Infraestructuras de su gobierno, Vázquez ha devuelto aquella visita trayéndose bajo el brazo su proyecto de 12.000 millones de dolares, y con él ha llegado a Galicia, “mi pueblo”, con el objetivo fundamental de captar inversiones entre el empresariado gallego.

El hecho de que uno de los campos que aborda ese plan sea el ferroviario ha propiciado que Vázquez llegue a Santiago de Compostela desde Madrid en tren. Ese, ha dicho nada más llegar a la estación de la capital gallega, es el mejor modo de “testear” las prestaciones de la red ferroviaria.

En el propio andén de la estación comenzó la parte más política de esta visita. Vázquez fue recibido por el presidente gallego, acompañado por el que fuera conselleiro de Cultura, Roberto Varela, ahora embajador de España en Uruguay. Ambos mandatarios acudieron justo después a la plaza dedicada a Uruguay en Compostela, inaugurada por el ex presidente José Mujica en 2013. Ese espacio está presidido desde entonces por un busto del libertador José Artigas que le fue regalado al gobierno gallego cuando era presidido por Manuel Fraga Iribarne, del mismo partido que el actual presidente. El obsequio, realizado en tiempos del presidente Jorge Batlle, fue de Juan Salgado, empresario de origen gallego, presidente de la transportista CUTCSA, actual asesor de Vázquez y partícipe de la gira presidencial, y permaneció durante años en las estancias del Ejecutivo de Galicia.

Tras los actos protocolares, Vázquez fue recibido en las dos alas del Pazo de Raxoi, el edificio del siglo XVIII que es sede institucional de la Presidencia de la Xunta, en el ala norte, y del Ayuntamiento santiagués, en la sur. Tras mantener un encuentro de casi una hora con Feijóo, el líder uruguayo compareció conjuntamente con el presidente gallego ante delegaciones institucionales de ambos territorios: la comitiva presidencial de Uruguay -integrada, entre otros, por los ministros de Economía y Finanzas, Danilo Astori, y de Transporte y Obras Públicas, Víctor Rossi-, por una parte, y representantes de Galicia -miembros de la Xunta, el presidente del Parlamento, el portavoz del Partido Popular y la portavoz del Bloque Nacionalista Gallego-, por otra.

En el salón noble del Gobierno de Galicia, Vázquez combinó las referencias económicas con las emotivas. Entre evocaciones a la numerosa inmigración gallega en Uruguay, de la que formaron parte sus abuelos -originarios de Ourense y Santiago-, el presidente Vázquez apeló a esa “hermandad” para “trabajar en conjunto” en su plan de infraestructuras. “Somos de lo que venimos”, resumió, entre recuerdos de su primer viaje, “en ómnibus”, a la tierra de sus abuelos.

“Mi país puede ofrecer” al empresariado gallego, dice Tabaré Vázquez, participar en obras que, asegura, tienen como objetivo que Uruguay “crezca”. “Queremos crecer, y queremos hacerlo para que nuestra gente viva mejor” y “venimos a buscar la experiencia que ustedes tienen”, señaló el mandatario.

En esta línea, Núñez Feijóo apeló a la “competitividad” de las compañías del país, “empresas serias” que “no son multinacionales” y “no se permiten no hacer las cosas bien”. El gobierno uruguayo, asegura, podrá sentirse “satisfecho” con el trabajo “de nuestra industria forestal, agroalimentaria, turística, metalúrgica, naval y de automoción”. En esta línea, el jefe del Gobierno gallego resalta la “estabilidad y responsabilidad” que caracterizan el trabajo en el país.

“Mi pueblo -respondió Vázquez- está marcado en el ADN por aquellos gallegos que llegaron con una mano delante y otra detrás” y dejaron en Uruguay “cultura de responsabilidad, educación y honradez”.

Recepción en el ayuntamiento y agenda

Tras el acto en la sede gubernamental, Tabaré Vázquez fue recibido por el alcalde de la capital gallega, Martiño Noriega, y varios miembros de la corporación municipal. En la casa consistorial Vázquez recibió la insignia de oro, firmó en su libro oficial y mantuvo un breve encuentro e intercambio de regalos institucionales con el alcalde, en presencia de las representaciones diplomáticas española y uruguaya.

“Para médicos como nosotros, es muy importante estar cerca de las personas”, señaló ante el alcalde compostelano. Por eso, dijo Tabaré Vázquez, “envidio a Martiño Noriega” por ser alcalde; la política local le recuerda a Vázquez su etapa como intendente de Montevideo, entre 1990 y 1994.

La primera jornada de Tabaré Vázquez en Galicia se cerró con una cena oficial ofrecida por el presidente gallego. Su segundo día en Santiago comienza con una visita al estadio de la Sociedad Deportiva Compostela, el equipo de fútbol local, que le distinguirá como socio de honor.

Después del acto deportivo llegará el evento central de la jornada, la sesión inaugural del encuentro empresarial “Uruguay: oportunidades de inversión y negocios”, en la que Vázquez, que estará de nuevo acompañado por Feijóo, explicará su plan de infraestructuras ante algunos de los principales empresarios de Galicia.

David Lombao, desde España.