La Cámara de Senadores de Brasil aprobó por segunda vez la reforma constitucional impulsada por el gobierno que congela el gasto público durante 20 años. La iniciativa era considerada fundamental por el gobierno de Michel Temer para mejorar la situación económica de Brasil y, principalmente, reducir el déficit fiscal.

La medida ya fue aprobada en dos ocasiones en cada una de las cámaras del Congreso y ahora está pronta para ser promulgada, lo que sucedería el jueves. En concreto, la reforma establece que el ajuste anual del gasto público no puede ser superior a la inflación del año anterior, a partir de 2017. En su argumentación, el gobierno indicó que la administración anterior, de la destituida presidenta Dilma Rousseff, había elevado el gasto público por encima de la inflación, aumentando el déficit fiscal.

Los críticos de la reforma aseguran que perjudicará a todos los servicios públicos, de los que dependen las personas con menos recursos. Hay especial preocupación por el efecto que tendrá esta reforma en la educación y la salud.

Previo a la votación habían sido convocadas movilizaciones en siete estados de Brasil. Una de ellas se está llevando adelante en Brasilia, frente al Congreso.