La idea de esta serie de grabaciones parece simple, pero no lo es. No se trata en realidad de discos de la banda The Supersónicos, sino básicamente de un proyecto solista de su guitarrista, Roberto Tito Sónico Lagos, responsable de casi todo lo que oímos. Parece fácil entender de qué se trata: son versiones, casi por completo instrumentales, de 58 canciones populares uruguayas, no de todos los tiempos y todos los géneros, pero sí con una gran diversidad, desde el Himno Nacional y “La cumparsita” hasta temas de Buenos Muchachos, pasando por el folclorismo “de protesta” de los años 60, el rock “progresivo de los 70” y muchas otras estaciones, aunque esa diversidad se homogeneiza bastante, porque todas están arregladas con criterios que las acercan a un territorio rockero con mucho de surf y rockabilly (en el que suele incursionar The Supersónicos, pero con bastante más uso de teclados). Sin embargo, no es tan fácil entender qué significa todo esto: puede parecer un chiste, pero la envergadura del trabajo y las ideas que dispara sugieren bastante más que eso, del mismo modo en que es más que un chiste la versión de “My Way”, el clásico popularizado por Frank Sinatra, que grabó Sid Vicious, de The Sex Pistols.

En otros países hay cierta tradición de música transgénero, en especial con versiones de determinado artista o banda en formatos musicales más o menos distantes de los originales, por ejemplo -en una pirueta extrema que salió muy bien- los discos de 2004 y 2011 titulados Moody Bluegrass, en los que destacados artistas del género country estadounidense llamado bluegrass traducen a su idioma 28 temas del grupo de rock progresivo británico The Moody Blues, que en los papeles tiene poquísimo que ver con la música de Nashville. Pero esto es aun más ambicioso.

Hay algo de espíritu punk en Popular, sobre todo por el lado de la famosa estética de “hágalo usted mismo”. Son grabaciones instrumentales realizadas por alguien que no domina todos los instrumentos que usa, pero eso es obviamente parte de la idea (porque a Tito Lagos le habría sido fácil, por ejemplo, recurrir al solvente Pablo -Pol Sónico- Gómez, el baterista de los Súper). Los efectos de la operación arreglística son, a su vez, bastante variados.

En algunos casos se mantiene, en otra clave, el espíritu festivo de los originales. En otros, la ausencia de las letras, para canciones en las que las letras son un componente central, a veces simplemente rescata y jerarquiza la música, y a veces aparecen otros efectos, como los de extrañamiento y a la vez de descubrimiento en las versiones de “A desalambrar”, “La patria compañero” o “Stephanie”. Hay también algunas que no llegan a atrapar toda la identidad original, pero tampoco proponen otra claramente; pero estos casos tienen como contrapeso logros notables, por ejemplo en “Dedos”o “Qué me importa”. Para complicar un poco más las cosas, en varios temas se hicieron injertos de riffs o solos provenientes de géneros tan lejanos a los originales como al de Popular, cosa que a veces funciona y a veces no tanto.

A la vez, las melodías originales no siempre son respetadas, y lo mismo pasa incluso con los títulos de los temas, sin que esté claro por momentos si se trata de variaciones o de errores. Pero el asunto es bastante más complicado que la presentación de versiones “desprolijas” o “irrespetuosas” del repertorio elegido, y aunque The Supersónicos, como otras bandas formadas en la misma época, surgieron en cierta medida contra buena parte de la música popular anterior, no se trata de un gesto de “profanación” como el de quien publica una imagen de La Gioconda con bigotes. Por el contrario, el resultado sugiere que hubo en varios casos y en algún sentido una reconciliación.

Además, los caminos culturales suelen ser de doble mano, y no es sólo que el repertorio elegido sea llevado al terreno de la música que más le gusta a Lagos, sino que al mismo tiempo esa música es colonizada por los originales, y se esbozan posibilidades de una imprevista “música de fusión” (no sólo en las versiones sino también en algunas composiciones de Tito que fueron incluidas en la serie). Somos lo que comemos.

Popular, volúmenes 1 a 10

De Tito y sus Supersónicos. Disponibles en https://thesupersonicos.bandcamp.com/