El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, y su antecesor, Álvaro Uribe, fueron invitados por el papa Francisco para tener un encuentro en el Vaticano. Francisco se reunió primero con cada uno de ellos y después con ambos, para trasladarles la importancia “de la cultura del encuentro” y “del diálogo sincero entre todos los actores de la sociedad colombiana en este momento histórico”, informó el Vaticano en un comunicado.

En el encuentro Uribe y Santos expusieron sus posiciones nuevamente, pero no lograron un acercamiento sobre el acuerdo de paz firmado entre el gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Santos propuso a Uribe negociar la implementación del acuerdo en el Congreso, pero Uribe volvió a exigir cambios de raíz en el texto pactado con las FARC. El gobierno y la guerrilla ya incorporaron al acuerdo sugerencias de quienes se oponen a él, pero ambas partes sostienen que las negociaciones ya terminaron y este segundo texto es el definitivo.

“Le pedí apertura adelante de su santidad”, dijo Uribe al ser consultado por varios medios sobre qué le había planteado a Santos en el encuentro. El ex presidente reiteró que “hay temas que subsisten que son muy delicados y el gobierno no ha querido reformar”. “Si el gobierno permite una apertura para examinar algunos temas, se podrían buscar opciones”, pero si el acuerdo está cerrado y no hay lugar a la negociación, su agrupación, el Centro Democrático, no lo respaldará.

El gobierno cuenta con el respaldo parlamentario suficiente para aprobar el acuerdo sin el apoyo del Centro Democrático, pero Santos ha insistido en que quiere que el texto cuente con el apoyo de todos los sectores políticos colombianos.

La reunión había generado una gran expectativa en Colombia -donde la Iglesia Católica es una institución con peso social y político-, ya que el gobierno se propone avanzar rápidamente en la aprobación de las reformas necesarias para implementar el acuerdo por intermedio del Congreso.