En 1937, hace casi 80 años, una editorial británica publicó El hobbit, primera base de la titánica creación de un mundo por parte de JRR Tolkien, preludio de lo que después sería su obra más famosa, El señor de los anillos (1954-1955). La primera tirada de El hobbit, de 1.500 ejemplares, inició una devoción (potenciada últimamente por nada menos que seis películas a cargo de Peter Jackson) en torno a la Tierra Media, un mundo imaginario poblado por elfos, trolls, orcos, enanos, humanos, magos, árboles que hablan y otros personajes fantásticos.

Después de la muerte de Tolkien, en 1982, se publicó El silmarillion, una recopilación de mitología ficcional más bien dirigida a fans. Pero la obra del autor británico parece tan inagotable como su mercado: después de que el año pasado se publicara -por primera vez en forma individual-, su novela inacabada The Story of Kullervo, y de que hace unos meses se hablara del descubrimiento de un mapa inédito de la Tierra Media, con anotaciones del propio autor, ayer se anunció el hallazgo de dos poemas hasta entonces desconocidos: “The Sadow Man” y “Noel”. Según varias agencias de noticias, esos textos se encontraron en un ejemplar del anuario de 1936 del Colegio de Nuestra Señora, en Abingdon (Reino Unido), y habrían sido impresos un año antes de la publicación de El hobbit.

“The Sadow Man” sería una versión temprana de un poema que finalmente se publicó en 1962, en la colección Las aventuras de Tom Bombadil, mientras que “Noel” es un poema de temática navideña. Según BBC, la existencia de estos dos poemas salió a la luz después de que el académico estadounidense Wayne G Hammond, especialista en Tolkien, se pusiera en contacto con ese centro de estudios, precisamente porque se había enterado, a partir de anotaciones del autor, de que dos de los poemas habían aparecido en una revista llamada The Abingdon Chronicle. En realidad, había sido en el mencionado anuario de 1936 de ese colegio, que en aquella época era dirigido por la congregación de monjas católicas Hermanas de la Misericordia. El actual director de la escuela, Stephen Oliver, declaró que no fue posible encontrar la edición de 1936 de la revista, y que por eso, en un primer momento, se recomendó a Hammond que revisara los archivos londinenses de esa congregación: “Mientras preparábamos un evento para los ex alumnos de la escuela, descubrimos nuestra propia copia y vi los dos poemas que Hammond estaba buscando”, contó Oliver.