“Ellos en nosotros. Contra la impunidad de ayer y de hoy. Verdad y justicia” es la consigna de la 21a Marcha del Silencio, que partirá hoy a las 19.00 desde Rivera y Jackson hasta la plaza Libertad, “como cada año, en silencio, sin consignas ni banderas partidarias”, según expresa la convocatoria de Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos, la organización convocante.

“Entre otros hechos aberrantes, en 2016 se están cumpliendo 40 años de la desaparición de Manuel Liberoff, 40 años de la desaparición de los 22 compañeros que fueron traídos de Argentina en el conocido como Segundo Vuelo (primero negado y después confirmado en el informe de la Fuerza Aérea de 2005), 40 años del secuestro y desaparición de la maestra Elena Quinteros desde la Embajada de Venezuela, y 40 años de los asesinatos” de Zelmar Michelini, Héctor Gutiérrez Ruiz, William Whitelaw y Rosario Barredo, expresan en un comunicado divulgado ayer. El mensaje recuerda también que se cumplen 45 años de la desaparición de Abel Adán Ayala Álvez, primer uruguayo detenido desaparecido, cuando aún se estaba en democracia, y hace “especial hincapié” en que continúan “con la campaña en busca de datos que conduzcan al hallazgo de las personas que el terrorismo de Estado hizo desaparecer y a la confirmación de la identidad de sus captores. Si alguien sabe algo, ya es tiempo de comunicarlo”.

Las madres y los familiares expresan que desde 1985 han “tropezado con las mil y una piedras” que les “han puesto los sucesivos gobiernos”, y que “ninguno ha hecho las transformaciones ni ha tomado las decisiones necesarias para dar un vuelco total en este tema”.

El mensaje advierte que la investigación sobre el robo y la amenaza a los integrantes del Grupo de Investigación en Arqueología Forense (GIAF) “aún no muestra avances”, por lo que a la impunidad de los hechos cometidos en el pasado, “amparada por los sucesivos gobiernos desde la salida de la dictadura, puede llegar a sumarse la impunidad sobre estos ataques en el presente, que hieren profundamente al Estado de derecho”. Aclaran, también, que lo ocurrido con el GIAF “no es nuevo” y que “las amenazas han sido permanentes”.

Finalmente la organización rechaza la participación de las Fuerzas Armadas (FFAA) en el Diálogo Social convocado por el Poder Ejecutivo, porque además de considerar que no están “habilitadas por la Constitución para opinar como cuerpo sobre los destinos del país”, tampoco ven como “buenas las intenciones de este gesto, pues genera la idea de que el pasado no cuenta”. “Mientras continúen sin dar la información que poseen, sin hacer una autocrítica profunda asumiendo sus responsabilidades, las FFAA moralmente no tienen lugar en una sociedad a la que han perseguido, torturado, asesinado y desaparecido en el pasado. Su silencio cómplice, su falta de reconocimiento sincero de lo horroroso de sus crímenes nos habla de cómo continúan formando a las nuevas generaciones de militares y los descalifica totalmente como presuntos educadores en valores de nuestra juventud”, afirman.