El disco editado el año pasado por Bob Dylan, Shadows in the Night, puso a prueba la fidelidad de sus fans, porque consistió en una colección de covers de temas de hace cuatro o cinco décadas, que habían sido popularizados por la voz de Frank Sinatra. Aunque los arreglos eran excelentes y la banda de Dylan es una maravilla, había algo morboso en la decisión de versionar canciones conocidas a través de una de las voces más hermosas del siglo XX, esta vez en la garganta de Dylan, cuya voz nasal siempre fue un gusto adquirido y, como si fuera poco, ha sufrido bastante el paso del tiempo.

Pero de cualquier forma era un disco interesante, aunque más no fuera como excentricidad, y decididamente una muestra de la voluntad del compositor de hacer exactamente lo que se le da la gana sin especular mucho comercialmente. Ahora, siguiendo la misma línea, Dylan acaba de publicar Fallen Angels, muy similar en cuanto a la procedencia temporal de las canciones que versiona. En cierta forma, Dylan repite lo que hizo en los años 90 con sus discos de versiones de antiguos temas de folk y blues (Good As I’ve Been To You, de 1992, y World Gone Wrong, de 1993), o incluso con su excéntrico disco de covers de temas navideños (Christmas in the Heart, de 2009), otros saludos a la enorme tradición musical de la que siempre se ha declarado deudor.