Reconocido por sus célebres pausas, sus medios tonos y sus personajes diversos, desde Martín Santomé en La tregua al teórico ruso Vsévolod Meyerhold, pasando por Herman, el hermano exitoso de Whisky, el actor Jorge Bolani es un referente tanto para el teatro independiente como para la Comedia Nacional, elenco del que se despidió hace dos años. Además, Bolani conoció al Negro Roberto Fontanarrosa, participó cuatro años ininterrumpidos en la obra ¡Ah, machos!, sobre textos de ese historietista y escritor argentino; fue dirigido por dramaturgos como Omar Grasso y Jorge Curi, y estudió -entre otras cosas- perfeccionamiento actoral con Aderbal Freire Jr. En reconocimiento a su trayectoria, el jueves 23 a las 19.00 (en el Centro Cultural de España), el actor ingresará a la Academia Nacional de Letras como integrante de número.
Antes de su retiro del elenco oficial con La visita, última obra que dirigió Sergio Renán, Bolani describió, en una entrevista con este medio su vínculo con la Comedia Nacional como “curioso”, señalando que le había dado muchas satisfacciones, aun haciendo roles pequeños, pero agregó: “Si tuviera que elegir, me quedo con el comienzo y el final, que corresponden a El viento entre los álamos y [Variaciones] Meyerhold”. En esa ocasión señaló también su preferencia, entre los humoristas, por creadores con una fuerte tradición popular, como Fontanarrosa o Julio César Castro, Juceca. Consultado sobre cómo veía la relación entre lo popular y el teatro de vanguardia, reconoció: “Me fascina recorrer el abanico de posibilidades como actor, decir un texto como el del Negro o Juceca, o [Wajdi] Mouawad o el verso de Steven Berkoff. Yo no reniego de nada. Como actor hay que ser permeable y estar dispuesto a afrontar al autor que sea, con la salvedad de que diga algo. Uno debe ser selectivo en los textos que trabaja...”.