Más de 180 músicos muy notorios le enviaron una carta abierta al Congreso estadounidense, demandando que se reforme una ley de 1998 conocida como DMCA (Digital Millenium Copyright Act o “ley de derechos de autor de la era digital”), que exime a plataformas de internet de pagar derechos de autor por obras registradas, y sólo les exige retirarlas cuando lo piden expresamente los dueños de esos derechos. Los firmantes sostienen que cuando se aprobó la ley, el consumo de música mediante estas plataformas era muy limitado, y la tecnología de control muy primitiva, pero que la situación actual permite acceder a discografías enteras sin pagar proporcionalmente a los autores por ese uso o sin pagarles en absoluto.

El medio al que apuntan es Youtube -propiedad del gigante tecnológico Google-, donde, salvo en casos de músicos que puedan y quieran (como Bob Dylan o el recientemente fallecido Prince) pagarle a una empresa para que vigile y denuncie, es posible escuchar casi cualquier tema de cualquier músico, sin que eso necesariamente reditúe algo a sus autores.

Recientemente, varios artistas, entre ellos Thom Yorke (Radiohead) y Trent Reznor (Nine Inch Nails), comenzaron a protestar públicamente por la desproporción entre el negocio de los intermediarios tecnológicos y los réditos recibidos (o no) por los creadores, algo que antes era un tabú para muchos músicos, que temían ser vistos como codiciosos y desprestigiarse ante el público.

“[La DMCA] ha permitido -dice la carta- a las mayores compañías tecnológicas crecer y generar enormes provechos al facilitarles a los consumidores que lleven consigo, en el bolsillo, casi cada canción grabada en la historia mediante un smartphone, mientras las ganancias de los compositores e intérpretes continúan disminuyendo. El consumo de música se ha disparado hacia el cielo, pero la cantidad de dinero que los compositores e intérpretes ganan por ese consumo ha caído en picada”.

Firmaron varios de los músicos actualmente más populares, como Taylor Swift, Paul McCartney, U2, Lady Gaga, Elton John y Katy Perry, y también otros no precisamente masivos, como St Vincent, TV On the Radio y Jack White.