Con una apuesta estética arriesgada, como fue la decisión de filmar la selva en blanco y negro, y con una historia poco convencional, en la que un chamán y dos científicos blancos viajan ­en distintas épocas­ en busca de una planta sagrada, El abrazo de la serpiente, la primera película colombiana en haber sido nominada al Oscar, tuvo su revancha, y anoche fue la gran ganadora.

En la III gala de los Premios Platino, la película de Ciro Guerra se llevó siete de los ocho premios a los que aspiraba: mejor película iberoamericana de ficción, dirección, música original, dirección de montaje, dirección de arte, de fotografía y de sonido.

Este encuentro iberoamericano que reunió a más de 500 estrellas, directores, actores, productores y referentes del medio (y que, en paralelo, generó varios encuentros, como un almuerzo entre la nobel Rigoberta Menchú y José Mujica), facilitó el cruce de múltiples realizadores, quienes expresaron la necesidad de trabajar en producciones conjuntas.

En ese sentido, otro de los países galardonados fue Argentina: Dolores Fonzi fue elegida como mejor actriz, por su trabajo en Paulina (Santiago Mitre), largometraje coproducido entre Argentina, Francia y Brasil; y Guillermo Francella, por su interpretación de Arquímedes Puccio en El clan, de Pablo Trapero.

El mejor guión fue para los chilenos Pablo Larraín y Guillermo Calderón, por su gran trabajo en El club, y el de ópera prima fue para Jayro Bustamante, por la bellísima Ixcanul. En documental, el ganador fue el chileno Patricio Guzmán (El botón documental) , y Que horas ela volta? , de Anna Muylaert, fue la seleccionada en la categoría Cine y Educación en valores.