Con referencias a la democracia, la lealtad y el respeto a la Constitución, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseuf, dio esta mañana su discurso ante la Cámara de Senadores, que decide su destitución.

“El 1 de enero de 2015 asumí mi segundo mandato, fui electa por más de 54 millones de votos. Asumí un compromiso de defender y cumplir la constitución para sustentar la unión y la independencia de Brasil. Respeté el compromiso que asumí y estoy orgullosa por ello”, comenzó diciendo la mandataria.

Roussef planteó que “jamás atentaría” contra los intereses de quienes la votaron; agregó que tiene “defectos”, pero entre ellos no están “la cobardía y la deslealtad”. En otro pasaje de su discurso, recordó su militancia durante la dictadura: “Vi compañeros mientras eran violentados y hasta asesinados. Era muy joven, tenía mucha esperanza en la vida. Tengo secuelas de tortura en el cuerpo y el alma, pero no cedí y resistí, resistí las tempestades del terror. Continué luchando por la democracia. Hoy, como en el pasado, resisto. No esperen de mí el silencio de los cobardes. No lucho por mi apego al poder, lucho por la verdad y por la justicia. Lucho por los pobres de mi país”.

También criticó a las “élites ultraconservadoras” que, según dijo, respaldaron “la inestabilidad política” en Brasil, en un plan que empezaron a diseñar tras el “duro golpe” de las elecciones de 2014, cuando ella se impuso al candidato opositor, Aecio Neves. “Seré juzgada por un crimen que no cometí. Tengo mi conciencia absolutamente tranquila por lo que hice (…) Estamos a pasos de cometer un verdadero golpe de Estado”, advirtió.

Esta etapa del proceso de juicio político comenzó el jueves y terminará con esta sesión de varios días que comenzó esta mañana. Los días previos a esta intervención fueron de mucha tensión: los cruces verbales en la cámara alta llegaron a tal punto que el viernes, quien preside el juicio político, el presidente del Supremo Tribunal Federal, Ricardo Lewandowski, tuvo que interrumpir el proceso durante una hora para calmar los ánimos.

La mayoría de los enfrentamientos fueron protagonizados por la senadora Gleisi Hoffmann -que fue ministra de Luiz Inácio Lula da Silva y de Rousseff y pertenece al Partido de los Trabajadores (PT)- y el jefe de la bancada del derechista Demócratas, Ronaldo Caiado.