En 1937 el escritor y militante comunista brasileño Jorge Amado hizo su primer viaje por algunos países vecinos (Chile, Argentina, Uruguay). El año anterior había sido encarcelado por el régimen de Getúlio Vargas. Tal acoso parecía recomendarle una salida y aun la exploración de horizontes vecinos, que no podían ser fáciles porque su lengua era más bien ignorada en Hispanoamérica. En 1937, en pleno apogeo del gobierno autoritario de Gabriel Terra, en Montevideo casi nadie conocía su obra. Pero en aquellos pocos días en que estuvo en esta ciudad debió hacer los primeros contactos con escritores (Jesualdo Sosa, Juvenal Ortiz Saralegui) que lo ayudarían un lustro después (junto a Serafín J García, quien lo evocó en una cálida página), cuando, exiliado, vivió unas semanas en la capital uruguaya antes de radicarse en Buenos Aires. Para 1941, Jorge Amado ya era una leyenda en el Río de la Plata, pero sólo en círculos literarios y políticos de izquierda. Esos núcleos aún algo débiles promovieron su obra y se encargaron de traducir algunos títulos vinculados con el realismo socialista en su versión americana (Cacao, 1933), o el abultado ensayo político Vida de Luiz Carlos Prestes. El caballero de la esperanza (1942). Publicó sus libros la revista y editorial porteña Claridad, vinculada al Partido Comunista y con algunas ramificaciones uruguayas.

“Considerações sem poesia feitas da janela do Dante Hotel” apareció el 7 de abril de 1938 en la revista Dom Casmurro, de Río de Janeiro, como parte de una serie de breves notas sobre Uruguay, dentro de un proyecto mayor de apuntes de viaje. Fue recogido en el libro A rondas das Américas (Salvador, Fundação Casa de Jorge Amado, 2001), bajo el cuidado de Raúl Antelo. Esa es la fuente de esta traducción.