La Asociación de Dirigentes de Marketing convocó al Partido Nacional (PN) y al Partido Colorado a sus tradicionales almuerzos, para conmemorar los 180 años de la creación de las divisas. Entre las mesas circulaban dirigentes históricos como Carlos Julio Pereyra, y hubo un lugar en el estrado para los ex presidentes Jorge Batlle y Julio María Sanguinetti. La historia, sin embargo, no fue utilizada para marcar diferencias entre los dos partidos, sino todo lo contrario.

Los senadores colorados José Amorín Batlle y Pedro Bordaberry elogiaron a Fructuoso Rivera y su “ética de la responsabilidad”, a José Batlle y Ordóñez y su “visión anticipadora” con “justicia social”, a Luis Batlle Berres y su “apego sin condiciones a las leyes”. Pero tanto Bordaberry como el senador nacionalista Luis Lacalle Pou hicieron igual hincapié en las instancias en que los dos partidos se juntaron para poner por encima a “la patria”, en base a la “ética del deber”: el “cambio en paz” de Sanguinetti como modelo de salida de la dictadura, las reformas que impulsó Luis Alberto Lacalle, la ley de zonas francas, la política forestal que se inició en el primer gobierno de Sanguinetti y la salida de la crisis financiera de 2002.

“A pesar de muchas diferencias, existieron soluciones y acuerdos”, sintetizó Lacalle Pou, en la que fue la oratoria más enfática y más aplaudida de la jornada. Puso como un ejemplo de trabajo en conjunto de la oposición a la investigadora por ANCAP, que “por primera vez prendió una luz”. “Ahí nos juntamos todos a cuidarles la plata a ustedes”, le dijo al auditorio.

Dijo que pensar que no puede haber acuerdos entre estos partidos es ir “contra la historia, contra la naturaleza de las cosas, contra ideas y sentimientos”. “Es no comprender al país, partir de la base patológica de que no hay capacidad de entenderse”, consideró. Sostuvo que se debe apostar a una alianza amplia, incorporando también al Partido Independiente. “Pablo Mieres dijo hace tres meses que hay que cambiar el gobierno del FA [Frente Amplio]. Es notorio que tenemos que abrir la cancha”, comentó. Puso el ejemplo de Argentina, donde fue “[Sergio] Massa el que terminó haciendo ganar a [Mauricio] Macri”. “Macri gana porque Massa quedó en pie, si no, no le queda un voto peronista fuera de los K [...] A los votantes desilusionados del Frente Amplio denles varias opciones. No les den sólo a Bordaberry, no les den sólo a Larrañaga, no les den sólo a Lacalle Pou. Denles bastante opciones, que después en el balotaje nos juntamos”, resumió, despertando los aplausos del público.

El candidato presidencial del PN en las últimas elecciones anunció incluso una posible conformación de su gabinete, en caso de triunfar en los próximos comicios. “En el Poder Ejecutivo deberían estar las figuras más importantes de los bloques. Los que mandan en los bloques y los que definen en sus partidos”, consideró.

“En vez de glorias pasadas, vamos a hablar de construir glorias futuras, que es lo que precisa Uruguay”, propuso a su turno Bordaberry. Mencionó todos los puntos de acuerdo entre los partidos blanco y colorado en la historia reciente y afirmó: “Todo eso lo hicimos sin fusionarnos, senador Lacalle, sin perder identidades partidarias, como bien dijo Luis recién”.

Bordaberry dio tres razones para que blancos y colorados no se fusionen. La primera, porque “no es necesario”. “Somos partidos que tenemos tradición de acuerdos y entendimientos, y sabemos que cumplimos con nuestra palabra. Además, existe el balotaje y eso soluciona el problema electoral”, señaló. Segunda, porque son “distintos”, punto en el que no profundizó. Y tercera, porque “perderíamos lejísimos, no tengan dudas”. “Sería peor para los intereses, pero, además, lo lógico es que crezca la oposición y que no haya mayorías y todos podamos ser controlados”, agregó.

Comparó a la oposición con un equipo de rugby, en el que hay “14 compañeros que se esfuerzan para que uno anote”. “Todos tenemos que esforzarnos por el que va a ganar. Y de esa forma vamos a recuperar los diez años perdidos que tenemos en Uruguay”, concluyó.

Lo dije y lo repito

Las críticas a los gobiernos del FA no fueron novedosas, tampoco los temas en los que se centraron -una educación pública “en niveles lamentables”, una inseguridad que “avanza”, una inserción internacional que “no existe”, un vicepresidente que “inventa un título”, y menciones especiales a la flexibilización del secreto bancario, que persigue a los contribuyentes “honestos” y se mete en la “intimidad” de las personas-. Jorge Larrañaga insistió en su idea de que “la oposición necesita trabajar para prepararse y para gobernar”, y de que es necesaria una concertación programática. Propuso que los técnicos de todos los partidos de la oposición se junten y lleguen a acuerdos en cuatro o cinco temas, entre ellos la educación.

“No se hace historia solamente siendo presidente”, sostuvo Larrañaga, y Lacalle Pou, que lo escuchaba con las manos juntas como si estuviera rezando, le alcanzó un vaso de agua. “Que tenemos que mejorar la educación, la seguridad, el sistema carcelario, el sistema tributario, la inserción internacional... Eso lo sabe alguien que escuche dos informativos por semana. ¿Que vamos a arreglar lo que está roto? Eso no es un programa de gobierno, es una expresión de deseo”, continuó el senador nacionalista, e insistió en que “hay que dejar la agenda de los políticos y centrarnos en la agenda de la gente”. Llamó a no ser “corredores detrás de la medalla en la carrera presidencial, sino constructores de un destino común”.

Hubo consultas sobre Edgardo Novick, quien según algunas encuestas tiene casi la misma intención de voto que el PC. “El día que conozcamos sus propuestas, podremos hablar”, manifestó Bordaberry. “No es una amenaza. Puede ser un cooperante, puede no serlo, pero bienvenida la competencia”, opinó Lacalle Pou.

Consultado sobre la concertación programática propuesta por Larrañaga, Lacalle Pou dijo que le parece “mucho más lógico” basarse en los programas de los partidos, que tienen “espacios en común” y “muchísimas coincidencias”. “Ahora hay una competencia política, somos competidores, y después vamos a ser cooperadores”, indicó. “No en todos los temas pensamos lo mismo, por suerte”, acotó Amorín Batlle, y coincidió con Lacalle Pou en que la concertación programática debe realizarse en todo caso los meses anteriores al balotaje. “Las identidades partidarias por supuesto hay que preservarlas, por supuesto que van a competir los partidos, pero hay que reconocer temas comunes en los que podamos lograr coincidencias para no entrar en apuros cercanos a las etapas electorales”, insistió Larrañaga. “Estoy de acuerdo”, se limitó a señalar Bordaberry, sin especificar con quién.

Atentos

Lacalle Pou informó a la prensa que la semana próxima viajará a Bella Unión para entrevistarse con sindicatos y organizaciones sociales, para conocer la realidad de la zona e interiorizarse de la situación de Alur. Lo acompañarán el representante nacionalista en el directorio de ANCAP, Diego Labat, y el senador Álvaro Delgado.

Participativo

El ministro de la Suprema Corte de Justicia, Jorge Chediak, se sentó en la mesa que también ocupaban los diputados nacionalistas Graciela Bianchi y Pablo Abdala, y estuvo sumamente reactivo a los discursos. No ocultó la risa cuando Amorín Batlle dijo que la reforma del Estado, “la madre de todas las reformas”, tuvo 70.000 hijos (en referencia a los funcionarios que ingresaron), ni cuando el senador colorado comentó que ahora el Estado se dedica a plantar marihuana. Asintió convencido cuando Lacalle Pou dijo que la gente les pide que hagan algo (para sacar al Frente Amplio [FA] del gobierno) y cuando Larrañaga sostuvo que en el FA todos los sectores tienen veto. Como es habitual en estos almuerzos, en las mesas podía verse a la máxima dirigencia empresarial del país, representada por los presidentes de la Cámara de Industrias, la Cámara de Comercio y Servicios y la Asociación Rural del Uruguay, entre otras gremiales.

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