Aunque la bibliografía sobre música uruguaya se está ampliando día a día, aún no existe una biografía musical extensiva de Fernando Cabrera. En parte esto se debe a que su obra sigue, afortunadamente, en progreso y desarrollo -algo capaz de desanimar a cualquier estudio que arriesgue, por ejemplo, dejar afuera un disco del calibre de Viva la patria (2013)-, pero también al distintivo bajo perfil del compositor y a la relativa indiferencia que el gran público uruguayo sigue mostrando ante su música, una indiferencia inversamente proporcional al respeto de sus colegas músicos, de los críticos y de casi cualquier extranjero con buen gusto que haya tenido contacto con su arte.
Pero a pesar de ese bajo perfil y de que se mueva ajeno a cualquier máquina promocional, Cabrera siempre ha sido muy generoso, tanto en tiempo como en reflexión, a la hora de conceder entrevistas. Recientemente, en una de ellas, confesaba haber dado cientos a lo largo de su carrera, casi como su principal forma de promocionarse, y eso se debe también a que es un objetivo habitual de los periodistas con ganas de hacer un artículo interesante, ya que es un entrevistado siempre articulado, honesto e incisivo.
Teniendo en cuenta, en particular, esto último, los periodistas Andrés Pampillón y Jorge Temponi decidieron aproximarse a la vida y obra de Cabrera mediante el simple recurso de hacerle una serie de entrevistas y estructurarlas de forma que funcionen como una visión panorámica de su carrera y su concepción musical. Así, la primera parte del libro está dedicada a los recuerdos de niñez y juventud del compositor, intercalando sus declaraciones con textos biográficos de los autores, que ordenan, amplían y completan esos recuerdos (ocasionalmente en forma interpretativa o algo redundante). Esa estructura desaparece cuando comienza la sección “El bardo Cabrera”, que adopta el clásico formato de preguntas y respuestas. En adelante, el libro se dedica a conversaciones sobre su concepción general de la música y del oficio de hacerla, para luego pasar a la historia creativa de varias de sus canciones más conocidas (fundamentalmente en lo referido a los textos, y con citas previas de estos). Siendo Cabrera, como decíamos antes, un entrevistado frecuente, y a partir de preguntas que no buscan facetas polémicas o previamente desconocidas, no hay revelaciones sorprendentes en estas declaraciones. Esto no es un defecto a criticar -no hay ninguna obligación de generar polémicas o investigar profundamente en un libro como este, que como denota su título busca representar la voz y el discurso del músico-, pero para los familiarizados con su obra y su retórica puede volverse un poco obvio. En todo caso, Cabrera según Fernando no parece ser un libro orientado hacia sus seguidores más informados, sino una introducción a su figura y discurso útil para gente que lo conoce menos, que se extiende bastante más que una simple entrevista periodística y cubre la mayoría de los tópicos esenciales relacionados con el músico. No se incluye una discografía o cronología detallada -ni las voces de terceros-, pero sí una abundante cantidad de fotografías de todas las edades de Cabrera, que muy probablemente pertenecen a su archivo personal.
Tal vez la parte más novedosa o distintiva del libro sea la sección dedicada a hablar de su idiosincrático disco de versiones de compositores uruguayos Canciones propias (2010), en el que -obviamente imposibilitado de explicar la génesis de dichas canciones- Cabrera se explaya sobre los autores de los temas que lo componen -Aníbal Sampayo, Alfredo Zitarrosa, Eduardo Darnauchans, Pablo Estramín, Dino y otros-, delineando su propia relación con ese marco de autores a los que creció escuchando. Cabrera sabe sobre esos compositores y lo demuestra, además de focalizar la charla en un aspecto -su marco de influencias nacionales- sobre el que ha insistido pero que no siempre es evidente para quienes lo conocen esencialmente por su trabajo de los años 80 (posiblemente su período más conocido), en el que funcionó como una especie de puente entre la generación del canto popular y el emergente pop-rock posdictadura.
Seguramente Cabrera se merezca un estudio mucho más amplio, crítico y detallado que el que propone Cabrera según Fernando, pero eso no desmerece esta aproximación, que no tiene ninguna intención definitiva y simplemente narra la historia de un compositor de rara complejidad mediante su propio relato, tan claro y bien expresado como es habitual en él, y que suma información sobre un cancionero de extraordinaria calidad. Ante todo, es un gesto de atención y afecto hacia un artista que siempre lo merece.
Cabrera según Fernando
De Andrés Pampillón y Jorge Temponi. Ediciones Aguilar, 2016. 183 páginas.