Sin duda, la joyita de La veritá, además del característico trabajo corporal y escenográfico del suizo Daniele Finzi Pasca, será el telón que Salvador Dalí pintó para Tristán e Isolda, de 15 por nueve metros, expuesto en el espectáculo. Extrañamente, un coleccionista de arte europeo llamó a la compañía una navidad, para proponerles usar el telón en una obra, y por supuesto que no hubo ninguna duda. Dos años después, esta pieza en la que se lleva al límite la destreza física del elenco, integrado por acróbatas cantantes, malabaristas músicos, bailarines contorsionistas y equilibristas que hacen humor, vuelve al escenario del Auditorio Adela Reta, donde volverá a brillar el surrealismo de Dalí, a partir de una serie historias de inmigrantes de Nueva York -de los años 40-, un director que intenta animar a su troupe, y los personajes de Tristán e Isolda, protagonistas de la ópera alemana que transgredió todos los niveles de expresión y complejidad formal de la época.

La Veritá se puede ver hoy a las 20.30, mañana a las 21.00 y el domingo a las 19.00.