El éxito de taquilla de La La Land (Damien Chazelle, 2016), que cosechó además siete galardones en la reciente septuagésimo cuarta premiación de los Globo de Oro (película musical o comedia, director, actor, actriz, guion, banda sonora original y canción), parece estar allanando el camino para la producción de más musicales en Hollywood. Sin ir más lejos: durante los últimos dos fines de semana la película de Chazelle permaneció en el segundo puesto en venta de entradas, desplazada únicamente por Hidden Figures (Theodore Melfi, 2016), que sigue la historia de tres mujeres afrodescendientes que calcularon trayectorias de vuelo para la NASA en 1962. Los musicales, género que parecía enterrado especialmente si se tenían en cuenta fracasos de taquilla como La era del rock (2012) y Burlesque (2010), parecen entonces estar a punto de regresar por la puerta grande al centro de la atención de los productores, hasta el punto de que en este momento, según reportan el portal IMDB y el periódico The New York Times, hay 20 en proceso de filmación. Si bien la Era de Oro de estos ya está lejos en el tiempo, periódicamente -como a principios de los años 70 o mediados de los 80- gozan de resurgimientos más o menos afortunados, como el caso más o menos aislado de Chicago, que ganara el Oscar a Mejor Película en 2003.

Algunos de ellos parecen merecer algo de atención. Por ejemplo, Disney está preparando una adaptación live-action de su (también musical) película animada La bella y la bestia, de 1991. Esta vez la historia del noble monstruo y su hermosa enamorada será filmada con una técnica mixta que combina actores de carne y hueso con criaturas animadas, pero todas de lo más cantarinas. Si esta nueva versión -dejando de lado el aspecto musical- sigue el camino marcado por Maléfica (2014) y Hansel y Gretel: Cazadores de brujas (2013), cabe pensar que podremos esperar la añadidura de elementos de fantasía o incluso fantasía oscura que podrían resultar de interés narrativo o visual, aunque no ofrezcan un punto de vista tan fascinante como el de las dos versiones del cuento clásico que incluyó Angela Carter en su libro La cámara sangrienta (1979).

Otra película en proceso que puede generar algo de interés a priori es The Greatest Showman, a cargo de la Fox y con Hugh Jackman como protagonista, y será estrenada recién en diciembre de este año. La trama seguirá la vida del empresario circense PT Barnum, así que quizá corresponda esperar cierto esplendor al menos visual y una actualización de la imaginería de los freak shows (la famosa sirena embalsamada incluida) y los circos del siglo XIX, que puede desembocar en relatos tan fascinantes como la casi olvidada serie Carnivale (esta ambientada, conviene aclarar, durante la Gran Depresión) que emitiera HBO entre 2003 y 2005. Sin duda, el tratamiento de comedia musical aligerará todo lo que pueda parecer inquietante u ominoso, pero antes de sacar conclusiones apresuradas es mejor esperar y ver.