Acaso la palabra chanta sea la primera que viene a la mente a la hora de pensar en Yanni Alexis Magic Alex Mardas, que fue encontrado muerto en su casa de Atenas el viernes 13 de enero, y quien accedió a cierta fama por su relación con The Beatles, aunque la historia de su vida posterior a la separación de la banda no carece de interés.

Llegó a Londres en 1965 y encontró trabajo como reparador de televisores. Pronto conoció a Brian Jones, de The Rolling Stones, y a John Dunbar, uno de los dueños de la contracultural Indica Gallery, y logró que se exhibiera en esta galería su obra Kinetic Light Sculptures y, además, que los Stones lo contrataran como encargado de iluminación en la gira promocional del álbum Their Satanic Majesties Request. Si bien los Stones no quedaron del todo satisfechos con el trabajo de Mardas, el prestigio del griego en el mundillo de la música creció lo suficiente como para permitirle acceder a la intimidad de John Lennon y regalarle la Nothing Box, una caja con luces que se encendían y apagaban al azar. El beatle se aficionaría a contemplar los patrones de luz de la caja bajo los efectos del LSD y pronto empezaría a llamar a Mardas su “nuevo gurú”.

Eventualmente, el griego sería puesto a cargo del “laboratorio electrónico” de Apple Corps, la corporación fundada por The Beatles en 1968, y sugirió que el estudio de Abbey Road, donde grababa la banda, era una porquería. Se ofreció, entonces, para construir uno donde pudieran operar con 72 pistas, frente a las ocho que permitía el de Abbey Road. Cuando comenzaron las sesiones de Let It Be y se verificó qué había estado construyendo Mardas, sin embargo, no se encontró otra cosa que una consola de 16 pistas básicamente inútil, poco más que una fila de perillas de volumen y un osciloscopio. Por supuesto, la consola fue desmontada de inmediato, y a partir de ahí sólo Lennon pareció conservar algo de confianza en Mardas.

Tras la separación de The Beatles, Mardas trabajó como consultor de seguridad y fundó una serie de compañías para ofrecer servicios de instalación de micrófonos secretos y blindaje de automóviles. El rey depuesto de Grecia, Constantino II, quien residía entonces en Inglaterra, ofreció contactos y apoyó a Mardas, para permitirle vender su trabajo a personalidades como Mohammad Reza Pahleví, el depuesto Shah de Irán, y a Qaboos bin Said al Said, sultán de Omán (quien ordenó seis limusinas Mercedes 450, cuyo blindaje resultó mucho menos que satisfactorio), además del príncipe Juan Carlos de Borbón, quien le encargó un auto blindado pero jamás vio resultado alguno.

No se sabe gran cosa del paradero y la ocupación de Mardas a lo largo de la década de 1980 y la siguiente, pero en 1988 fue acusado de tráfico de armas en un artículo publicado en The Observer. La acusación se reveló improcedente y el diario se disculpó, pero en los años que siguieron otros medios reiteraron la denuncia. En 2004 remató piezas de memorabilia, incluido un collar de cuero de Lennon, un vinilo autografiado del álbum Unfinished Music No 1: Two Virgins y una guitarra Vox Kensington. Mardas declaró que lo recaudado sería donado a una institución de caridad, pero, finalmente, se perdió el rastro del dinero.