Donald Trump asumió como presidente de Estados Unidos con un discurso que escribió él mismo y en el que aseguró que, por primera vez, la transición consiste en “transferir el poder de Washington DC y devolvérselo al pueblo”. En un discurso más encendido de lo esperado, Trump dijo que “durante demasiado tiempo un grupo pequeño en la capital de Estados Unidos ha tenido todas las recompensas del gobierno mientras el pueblo ha pagado el costo”, y se comprometió a cambiar esa realidad: “Todo eso cambia empezando aquí y ahora, porque este es el momento de ustedes, les pertenece a ustedes”.

En su discurso, Trump reiteró muchos de los conceptos que manejó durante la campaña, dirigiéndose a los estadounidenses “olvidados” que han perdido su trabajo y ya no son atendidos por el gobierno y criticando la extranjerización de los puestos de trabajo y la inversión en organismos de defensa regionales, en una clara referencia a la OTAN, a la que no mencionó. Aseguró que llegó a la presidencia gracias a un “movimiento” en el centro del cual “hay una fe fundamental en que una nación existe para servir a sus ciudadanos”.

“Nos hemos juntado hoy aquí para emitir un nuevo decreto que se debe escuchar en todas las capitales extranjeras: desde este día una nueva visión gobernará nuestra tierra, de hoy en adelante será solamente Estados Unidos primero”, afirmó. Especificó que “toda decisión” de su gobierno “se hará para beneficiar a los trabajadores y las familias de Estados Unidos”. Tal como venía haciendo desde la campaña, Trump defendió una política comercial proteccionista ante “otros países que producen nuestros productos, se roban nuestras fábricas y destruyen nuestras fuentes de empleo”. “La protección nos va a llevar a una gran prosperidad y fuerza”, aseguró, antes de prometer que los puestos de trabajo volverán, así como “la riqueza del país” y sus “sueños”. “Vamos a obedecer dos reglas sencillas: comprar lo estadounidense y construir en Estados Unidos”, agregó.

Trump también dijo que luchará contra el terrorismo y aseguró que esta “refundación” que él propone promoverá la unidad entre los estadounidenses. Cerró su discurso con su lema de campaña: “We are going to make America great again” (“haremos a Estados Unidos un país grandioso nuevamente”), dijo, antes del clásico “Que Dios los bendiga y que Dios bendiga a Estados Unidos”.

Trump juró ante el Congreso de Estados Unidos -excepto por unos 50 diputados, que decidieron ausentarse de la ceremonia-, ex autoridades -como los antiguos presidentes George W Bush, Bill Clinton y Jimmy Carter- y miles de personas que acompañaban este momento desde la explanada. Según los medios estadounidenses, la asistencia de público fue menor que en otras ocasiones.

El nuevo presidente de Estados Unidos asumió mientras en los alrededores del Capitolio algunos activistas buscaban bloquear las vías de acceso al lugar. Se produjeron algunos enfrentamientos entre los manifestantes y la policía, que utilizó gas pimienta para dispersarlos.