Otra tradición se cumplió el lunes cuando, como siempre un día antes que las de los Oscar, se anunciaron las nominaciones a los premios Razzie, que destacan lo peor y más abominable del cine estadounidense (no hay nominados extranjeros) y que este año llegan a su 37ª entrega. También puede intuirse que estos poco codiciados premios también sintieron la influencia de la campaña, ya que uno de los principales nominados es -algo extrañísimo en los Razzies- el documental propagandístico y anti-clintoniano Hillary’s America: The Secret History of the Democratic Party, de Dinesh D’Souza, una obra irrelevante y de pésima calidad que sólo puede explicarse en el contexto de las elecciones y que no merece tanta atención (ni tampoco cinco nominaciones a nada, aunque sean a lo más malo del año).
Pero la La La Land de los indeseables Razzies resultó ser Zoolander 2, de Ben Stiller, con nueve nominaciones. Lo cual también es exagerado y un tanto cruel, ya que -aunque es una comedia floja- el principal problema de la secuela de la excelente Zoolander (Ben Stiller, 2001) es simplemente no poder recrear la magia de la primera, y que sus protagonistas no puedan disimular los 15 años pasados. La otra gran nominada es la más bien indefendible Batman vs Superman: Dawn of Justice (Zack Snyder), película mala como tarántula enojada y totalmente equívoca en su concepción, aunque, para ser justos, era también un film condenado al rechazo desde que se supo que el fuertemente resistido Ben Affleck iba a ponerse el disfraz del encapuchado de Ciudad Gótica.