En su informe anual de 2016, el Servicio de Paz y Justicia (Serpaj) cuestionó el traslado de madres presas con hijos desde la cárcel El Molino hacia el establecimiento penitenciario Colón, que se produjo en octubre del año pasado. Según se sostiene en el informe, los derechos de los niños podrían verse “seriamente comprometidos”.

El capítulo del informe, escrito por el integrante del Programa de Seguridad Democrática y Derechos Humanos de Serpaj, Mauro Tomasini, denuncia la “falta de planificación” del sistema carcelario y la “falta de racionalidad” de algunas acciones entre las que se enumera este cierre.

“El Molino [abierta en 2010] nunca podría haber sido utilizado como centro penitenciario, pero dada la emergencia continua del sistema, era una oportunidad para construir una dinámica más acorde a un enfoque de derechos. Ante la falta de planificación y el fracaso para modificar algunas complejidades del sistema, el Ministro del Interior, como ya lo ha realizado su cartera en otras oportunidades, desvaloriza, estigmatiza y reduce a la otra, para generar menos consecuencias a la hora de aplicar una iniciativa focalizada”, sostiene en el informe.

También se recuerda que la normativa internacional recomienda a la hora de clasificar las personas privadas de libertad que es necesario separar varones de mujeres, y a su vez separar las mujeres con hijos del resto, lo que se incumplió expresamente con este traslado, calificado como “totalmente inadecuado, riesgoso y regresivo, puesto que no se estaría cumpliendo con la tendencia de promover el menor daño posible sobre los sujetos”.

Los niños, se asegura, se verán limitados en varios de sus derechos, entre otras cosas, debido a que en “los grandes centros de reclusión pierden capacidad de gestión” sus necesidades ”van a estar sujetas a las posibilidades de respuesta que puedan surgir de la institución en un orden de jerarquía reglado a las contingencias cotidianas”; a que la cárcel de Colón “no se planificó para albergar a personas privadas de libertad y menos a madres con sus hijos”, ya que “fue construida como hospital psiquiátrico”, y a que “no existen lugares apropiados para el juego y la recreación”.