Margaret Thatcher fue añadida al Oxford Dictionary of National Biography (“Diccionario Oxford de Biografía Nacional”), una obra de referencia en cuanto a británicos ilustres desde el Imperio Romano hasta nuestros días. El libro sólo contiene entradas sobre personalidades ya fallecidas, y quienes murieron en 2013 acaban de ser incorporados al listado. Para ser más precisos, son 241 las entradas nuevas, incluidas las relativas a los Nobel de Literatura Seamus Heaney (nacido en 1939, autor de poemarios como Death of a Naturalist y The Spirit Level) y Doris Lessing (nacida en 1919, autora de la novela El cuaderno dorado y la serie de ciencia ficción Canopus en Argos: Archivos, entre otras). La dedicada a Thatcher, con 33.648 palabras, se convierte en la tercera más extensa de las entradas, superada únicamente por, nada más y nada menos, William Shakespeare (en el número uno) y la reina Isabel I (en el dos). Es decir, más espacio que el dedicado a Winston Churchill (33.268 palabras), la reina Victoria y Enrique VIII.

Las polémicas no son raras en relación con este diccionario; ha sido señalado, además, que sólo un cuarto de las nuevas entradas -59, para ser más precisos- corresponden a mujeres, y que las minorías étnicas quedan representadas apenas por cinco añadidos nuevos.

Habría que rastrear la evolución de cada entrada, que acaso reciba un tratamiento de edición a medida que envejece en el contexto del libro, pero no cabe duda de que el espacio dedicado a la primera ministra entre 1979 y 1990 es llamativo. El texto, escrito por el historiador David Cannadine (1950), especializado en historia moderna e historia financiera, también describe a Thatcher como una mujer “profunda y románticamente patriótica”, a lo que añade definiciones un tanto discutibles, como que “hay momentos en los que las naciones necesitan mano dura; para bien y para mal, Thatcher le aportó a Gran Bretaña mucho de eso”.