“Diez años de políticas lingüísticas” fue el eslogan del décimo Foro de Lenguas de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP). Si bien en la educación pública se enseñan distintas lenguas desde hace más tiempo, la integrante del Consejo Directivo Central (Codicen) de la ANEP y profesora de inglés Laura Motta explicó en la apertura del foro que en 2007 fue la primera vez que se fijaron orientaciones políticas al respecto, que fueron definidas por escrito y aprobadas por el Codicen en 2008. De todas formas, Motta planteó que no por tener orientaciones de trabajo aprobadas, estas se van a cumplir mágicamente, y que para ello se requiere el trabajo de cientos de docentes.

En un salón Azul de la Intendencia de Montevideo casi lleno, la consejera señaló que en estos diez años han pasado por los foros más de 7.000 docentes y se presentaron más de 750 ponencias. Más allá de los logros alcanzados desde ese momento, Motta aseguró que las autoridades de la educación consideran que a la educación pública aún le falta mucho camino por recorrer en la enseñanza de lenguas. En ese sentido, habló del lanzamiento del Marco Curricular de Referencia Nacional y mencionó que el área de lenguas es una en las que se requiere trabajar para mejorar los aprendizajes de los niños y jóvenes. Según Motta, los docentes que se desempeñan en esa área están contribuyendo a “transformar un privilegio en un derecho de todos”.

La directora del Consejo de Educación Inicial y Primaria, Irupé Buzzetti, aseguró que las metas propuestas en 2007 “se están cumpliendo”. En especial, valoró que la política lingüística de la ANEP tome en cuenta a los centros educativos cercanos a la frontera con Brasil, lo que posibilita que los estudiantes puedan egresar hablando adecuadamente español y portugués. Además, Buzzetti señaló que en la actualidad faltan solamente 75 escuelas urbanas de las 1.050 existentes para cubrir la enseñanza de inglés en los cuartos, quintos y sextos años, y que de esa forma en todos los centros de primaria del país se enseñe dicha lengua. La directora de Primaria también consideró positivo que en los dispositivos del Plan Ceibal se pueda acceder a una aplicación en la que estudiantes de la escuela 197 enseñan lengua de señas.

Pasando raya

El académico y ex coordinador de la Comisión de Políticas Lingüísticas de la ANEP Luis Behares repasó los lineamientos de política definidos diez años atrás y su cumplimiento. Según explicó, las políticas lingüísticas “son inherentes a la conformación de la identidad en los Estados nación”, e ilustró el concepto con la situación política de Cataluña en relación con su reclamo independentista. En el caso de Uruguay, dijo que las políticas en la materia eran “erráticas” y no estaban explicitadas, situación que desde hace diez años cambió para la ANEP, pero no para el resto del país.

De los documentos aprobados por el Codicen en 2008, Behares recordó que tenían cuatro componentes: el trabajo sobre el español, las lenguas extranjeras, lograr la transversalidad en el currículo y abordar situaciones geográficas y sociales particulares de las lenguas. En cuanto a los principios rectores de la política, señaló que uno de ellos era propender al ejercicio de la libertad para “que hable el que tenga ganas”, cuando quiera y como pueda. En esa misma línea, también se habla de respetar las variedades lingüísticas de cada uno y de que cada cual hable como quiere, por lo que la escuela no debería corregir, sino servir para mostrar que hay quienes hablan diferente.

Respecto de la alfabetización, los lineamientos consideran que aprender a leer y escribir sigue siendo un elemento muy importante en el vínculo entre las personas y la escuela. Además, Behares consideró que el Plan Ceibal fue un programa que vino a sumar en esa relación porque es un “gran elemento de alfabetización masiva”, y “el que más se ajusta a nuestros tiempos”. En suma, también se hacía referencia a que el uso de la lengua oral y escrita es diferente a los conocimientos metalingüísticos, que también deberían ser incorporados en la formación.

Bilingües

También se considera que el lenguaje es un soporte transversal y articulador de la enseñanza, lo que en otras palabras quiere decir que “todo profesor es profesor de lengua”, ilustró el académico. Behares también recordó que se planteaba la necesidad de tener en cuenta que las normas lingüísticas del español en Uruguay son disímiles entre sí y también respecto de otras variedades del idioma en el extranjero. Según consideró, esta orientación cambia la tradición “homogeneizadora” y “discriminatoria” de la educación en la materia, en particular con las personas sordas, con quienes viven cerca de la frontera con Brasil y con los habitantes del interior en general.

Además, las orientaciones marcan que es necesario que haya continuidad en la formación de los niños y jóvenes, ya que el estudiante que habla “es siempre el mismo”, independientemente del subsistema en el que esté transitando. En suma, se considera fundamental la inclusión de segundas lenguas en la formación de los individuos, área en la que más se ha avanzado, según el académico.

Behares mencionó tres avances en áreas que si bien ya tenían desarrollo antes de 2007, cobraron un nuevo sentido a partir de ese momento. En concreto, se refirió a la educación bilingüe en la frontera, que va contra la idea de que “si [el individuo] es uruguayo, tiene que hablar español”. También abordó la educación bilingüe de personas sordas y la inclusión de la informática en el dominio lingüístico en la educación, mediante el Plan Ceibal. En relación con lo que hay por hacer hacia el futuro, señaló la necesidad de pensar políticas lingüísticas para el país en general, más allá del sistema educativo, y también planteó que existe un debe en el desempeño en lengua de quienes ingresan a la Universidad de la República, algo de lo que suelen quejarse los docentes de esa institución de educación terciaria.