Anoche comenzó la 16ª edición del Festival Internacional de Cine de Montevideo (Monfic), con una función especial para invitados de Yo soy así / Tita de Buenos Aires, una biopic argentina sobre la cantante Tita Merello. El Monfic es actualmente el cuarto mayor festival uruguayo de cine (luego del de Cinemateca, el de Punta del Este y el Atlantidoc). Se va a desarrollar, como siempre, en las salas del Movie del Montevideo Shopping, desde hoy hasta el domingo 5 de noviembre.

Están programadas 45 películas. Para varias de ellas está previsto un estreno regular uruguayo en los próximos meses, pero algunas quizá se exhibirán aquí sólo esta vez. El título que suscita la mayor expectativa previa es Zama, el cuarto largometraje de la estupenda argentina Lucrecia Martel, sensación en el más reciente Festival de Venecia. Se exhibirá como parte del Ciclo Argentino, que incluye también Yo soy así y cinco films más. Habrá además un Ciclo Nacional (casi todos documentales, y una coproducción de ficción con Argentina) y un Ciclo Retrospectiva, también de cine uruguayo, que constituye una escueta pero bienvenida muestra de este cuarto de siglo de consolidación de la producción local, desde El dirigible, de 1994, hasta Reus, de 2011.

El Ciclo Europeo es la sección más numerosa del festival, con 17 títulos de 14 países. Se está dando un fenómeno de acomodamiento de mercados por el cual producciones de Europa pasan a ocupar el nicho de películas de tipo ligero pero destinadas a un público maduro, normalmente relegado en la masa de estrenos provenientes de Estados Unidos. Buena parte de la programación está en esa veta, con comedias sobre las dificultades de un señor para manejar la computadora, los percances de una mujer en la menopausia o las amistades en la vejez de la reina Victoria, pero el ciclo también incluye películas con más filo y densidad, de directores excelentes como el rumano Cristian Mungiu (La graduación) y el veterano italiano Marco Bellocchio (Dulces sueños). Varias de estas obras europeas cosecharon diversos premios: El nuevo Nuevo Testamento, del belga Jaco van Dormael, recibió el Magritte (el “Oscar” belga francófono) a la mejor película; y La graduación, el reconocimiento a la mejor dirección en Cannes.

Hay también un Ciclo Internacional, que incluye películas de Palestina, Túnez y Japón. Aquí, al menos a priori, el destaque es para la sensible comedia Detrás de la tormenta, nueva realización de Hirokazu Koreeda. En el espacio excepcional del festival, por una vez, el cine de Estados Unidos es una relativa minoría: en esta sección “internacional” hay sólo dos, y son obras de directores no estadounidenses: el israelí Joseph Cedar (Norman, el hombre que lo conseguía todo) y el palestino Hany Abu-Assad (Más allá de la montaña). En realidad, la afirmación anterior es parcialmente falsa, porque, por primera vez, este Monfic va a incluir un Ciclo de Terror, integrado sobre todo por preestrenos de películas estadounidenses del género, en funciones tardías y destinadas mayormente a un público juvenil. La que suscita más expectativa es Jigsaw: el juego continúa, de Michael y Peter Spierig (inesperada octava entrega de la franquicia El juego del miedo). Este ciclo incluye también, como excepción, la producción argentina Aterrados, de Demián Rugna.

En comparación con anteriores entregas del festival, se extraña una mayor variedad de cine latinoamericano, aunque por otro lado es muy bienvenido el incremento en la presencia de cine uruguayo (del nuevo y del histórico). La programación suma participaciones actorales estelares: Isabelle Huppert, Gérard Depardieu, Ethan Hawke, Judi Dench, Catherine Deneuve, Richard Gere, Kate Winslet, Pierre Richard y otros.

Las entradas tienen un costo rebajado, y está además la posibilidad de adquirir cuponeras para cinco funciones, con las que el precio es aun menor. Es otro estímulo para aprovechar este concentrado lapso en que el espacio del Movie Montevideo cambia de perfil y se abre a una amplia variedad de cinematografías, modos de producción y enfoques, con varios títulos de especial interés.