Profesionalización y formalización fueron los dos grandes objetivos del plan de acción que se trazó para este año la Sectorial de Turismo, integrada por el Ministerio de Turismo, la Cámara Uruguaya de Turismo, el Sindicato Único Gastronómico y Hotelero del Uruguay y el Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional (Inefop). Ayer, con participación tripartita, se presentaron los resultados en cifras, y también las visiones de cada uno de los actores sobre el proceso.

El objetivo general, explicó la ministra de la cartera, Liliam Kechichián, fue el de “desestacionalizar el turismo, con una nueva y mayor oferta”, mediante la división del país en “cinco grandes regiones”, cada una de ellas con referentes en la zona y con planes departamentales de capacitación. Con la llegada de unos tres millones de visitantes por año, el turismo representa aproximadamente 7% del Producto Interno Bruto nacional. Según las cifras presentadas, genera más de 100.000 empleos de forma directa, lo que representa 6,3% del total de puestos de trabajo generados por la economía; en particular en departamentos como Artigas, Canelones, Colonia, Maldonado, Rocha y Salto, los empleos en el sector “superan o igualan la media nacional”.

La mayor parte de los puestos de trabajo surgen de las actividades de restaurantes, bares y cantinas (39,4%), transporte de pasajeros (23,8%) y alojamiento (20,3%), y captan a trabajadores de una franja etaria de entre 18 y 37 años en 45,2% de los casos. Otro aspecto significativo que se observa entre los trabajadores del sector es que uno de cada cuatro se define como independiente.

Según la ministra, estudios de la región indican que la rotación del personal es una de las características más sobresalientes del empleo en estas áreas, algo que “provoca un aumento de los costos e impacta sobre la productividad, la competitividad y la calidad de los servicios”. Una forma de combatir este fenómeno sería profundizar en la capacitación; en este sentido, el representante del Ministerio de Educación y Cultura ante el Inefop, Fernando Ubal, observó que en el último año la formación en estas áreas “ha tenido un crecimiento altísimo”, del orden de 100%, en los beneficiarios alcanzados, los cursos facilitados y el presupuesto otorgado, algo que en números se traduce a 3.400 personas, 163 cursos –para trabajadores y empresarios– y 45 millones de pesos. Ubal dijo que se trabajó en los distintos niveles de gobernanza, llegando hasta 34 localidades de 13 departamentos, y agregó: “Para el futuro nos proponemos profundizar lo logrado y llegar a los seis faltantes”.

La secretaria general del sindicato gastronómico, Fernanda Aguirre, manifestó que “no sólo basta con capacitarnos”, ya que “muchas veces las condiciones de trabajo no dan la posibilidad de desarrollar ese profesionalismo. Dijo que “eso está pendiente” y que en materia de remuneraciones hay una “precariedad importante” que también debe ser atendida. Ejemplificó, terminante: “Un cocinero, que sabemos el lugar que ocupa, gana 20.000” pesos por mes.

Varios hicieron referencia a las potencialidades de trabajar con consensos tripartitos, y en particular el presidente de la cámara, Juan Martínez, dijo que se trata de “un compromiso para seguir creciendo”.

Con una perspectiva de futuro, Kechichián señaló que, según datos de la Organización Mundial de Turismo, mientras que la movilidad de las personas crece “significativamente”, a una tasa de 4% en todo el mundo, Uruguay supera el promedio ampliamente, con una tasa de 12,3%. Dijo que el ministerio se prepara para un aumento en la llegada de turistas y que aspira a llegar a 2020 manteniendo los ingresos producidos por esta actividad por sobre los 2.000 millones de dólares.

En su tercer año de funcionamiento, la Sectorial de Turismo se propone elaborar un nuevo plan de acción, que tendrá el desafío de “ampliar las líneas de capacitación” y “reforzar las experiencias exitosas”, como los cursos online de idiomas. También “profundizar” el trabajo con la Mesa Nacional de Enoturismo, e insistir con la elaboración del “Manual de buenas prácticas de accesibilidad turística”, que “deberá ser incorporado como una temática transversal en los distintos cursos”.