El director italiano Luca Guadagnino, cuyo reciente Llámame por tu nombre viene siendo saludada como una de las mejores películas de 2017, anunció que su próxima obra, ya casi terminada, es una nueva versión del clásico de horror de su compatriota Dario Argento, Suspiria.

Argento, hoy conocido por muchos sólo como el padre de la sexy actriz y también cineasta Asia Argento, fue uno de los principales (o el principal) director de horror europeo en la edad de oro del cine italiano –entre los años 60 y los 70–, cuando las producciones de género de la península (así como su cine de auteur) competían de igual a igual con la industria hollywoodense. Suspiria, estrenada en 1977, es considerada la obra más importante de Argento, aunque su particular estética onírica y basada en el art noveau no haya sido tan imitada como sus films previos, pertenecientes en buena parte al subgénero llamado giallo (amarillo) y que, como los slashers estadounidenses, combinaban el cine de misterio o policial con el de horror, con asesinos psicópatas, generalmente munidos de armas blancas, que derramaban litros de sangre.

Con Suspiria, Argento abandonó el giallo para adentrarse en un terreno sobrenatural, en lo que sería la primera película de una trilogía sobre brujas llamada “Las tres madres”, junto a las mucho menos logradas y populares Inferno (1980) y La madre de las lágrimas (2007). En parte horror, en parte surrealista y con un impresionante manejo de los colores fuertes, Suspiria fue pionera, entre otros aspectos, en ser considerada una obra artísticamente importante, pese a pertenecer a un género al que aún se creía menor y que rara vez era tomado en serio.

El clima y el estilo primaban sobre la más bien confusa trama, y ahora la británica Tilda Swinton, que participó en el film de Guadagnino, aclaró que este, más que una remake, es algo “completamente diferente”, “inspirado en la misma historia”, pero que “va en distintas direcciones” y “explora otras razones”. El elenco –predominantemente femenino, como en la original– incluye a varias estrellas anglosajonas, como la mencionada Swinton, Dakota Johnson, Chloë Grace Moretz y Mia Goth, y el director explicó al sitio de la editora Criterion sus motivos para meterse con una obra tan prestigiosa e irreproducible: “Puedo decir que mi Suspiria es un film muy personal; es como oxígeno para mí. Cuando vi la original, hace 32 años, la emoción que sentí fue tan fuerte, tan deslumbrante, y tan importante para mi formación... Quería investigar la experiencia que tuve al verla”.