En una conferencia de prensa la Armada de Argentina confirmó que hubo una explosión “anormal, única, corta, violenta y no nuclear” el miércoles de la semana pasada. La explosión fue cuatro horas después del último contacto que se tuvo con el submarino ARA San Juan, que ya había reportado un fallo eléctrico y permanece desaparecido desde ese entonces con 44 tripulantes a bordo.

Los expertos de Estados Unidos que viajaron a Argentina fueron los primeros en manejar la hipótesis de la explosión, algo que justificaría un fuerte ruido que se escuchó el miércoles pasado. Para verificarlo, la Armada recurrió a la Organización del Tratado de Prohibición Total de Pruebas Nucleares, de las Naciones Unidas, que tiene sensores acústicos, explicó Enrique Balbi, el portavoz de la Armada. Esta organización llegó a la misma conclusión que los expertos estadounidenses, con lo cual consideró confirmada esta posibilidad.

Esta nueva información generó indignación entre los familiares de los 44 tripulantes, la mayoría de los cuales manifestaron que ya no tienen esperanzas, pese a que la búsqueda del submarino continúa. Los familiares ya venían criticando a la Armada por haber utilizado un submarino de 1985 reformado y por la demora en confirmar la explosión, que se venía manejando hace días como un rumor.

La indignación de los familiares fue tal que la conferencia de Balbi terminó intempestivamente por sus gritos.